El fútbol es más que un espectáculo que es capaz de sacar la peor parte del ser humano, pero también la mejor de ella. Un ejemplo de ello lo protagonizaron una aficionada amarilla y un joven aficionado albiazul en el partido vivido el pasado sábado en Mendizorroza entre el Deportivo Alavés y la Unión Deportiva Las Palmas.

Las cámaras del ´Día Después´ recogieron la historia de cómo Patri, una aficionada de Lanzarote del equipo de Quique Setién, conoció a Iker, un joven seguidor del conjunto vasco.

Ambos lograron entablar una bonita amistad entre el electrizante encuentro demostrando que el fútbol es mucho más que 22 jugadores corriendo detrás de una pelota.

La afición amarilla vuelve a demostrar, una semana después, que el deporte rey es sentimiento, amistad y deportividad entre las aficiones. En la último partido en el Gran Canaria, al finalizar el encuentro los hinchas del Athletic de Bilbao desplazados a la Isla recibieron el ánimo y respeto de los seguidores agolpados en la Grada Curva.