¿Cómo está Asdrúbal? ¿Cómo se encuentra ahora mismo?
Bien, la verdad que no esperaba llegar así a diciembre tras todo lo que me pasó en el verano. Así que no me quejo.
Fueron unos días complicados esos para usted. Se le buscó salida y no se encontró. Cuando se dio y estaba en Elche para firmar su contrato, el club ilicitano se echa atrás y alude problemas físicos inexistentes. Volviendo atrás, ¿cómo vivió todo eso?
Se decía que habían varios equipos interesados, pero al final no había nada concreto. No hubo una oferta real y me olía raro todo. No sé si es que había cierta dejadez o algo con mi salida. Al final, empezaron a salir todos menos yo. Cuando nos dimos cuenta ya no había tiempo para solucionarlo. Al final, a los dos clubes eso no les influyó, a mi representante tampoco y parecía que me iba a quedar colgado. El único que se encharcó fui yo. En mi forma de ser no existe la palabra rendirse y aquí estamos otra vez después de todo eso, entrenando, entrando en convocatorias, teniendo mis minutos y marcando algún gol. Siempre he dicho que a la mínima oportunidad que tenga a veces le doy la vuelta a la tortilla.
El día que se frustró su cesión al Elche escribió en Twitter: "No le faltaba razón a mi padre el día que me dijo: 'cuando llegues al mundo profesional te va a dejar de gustar el fútbol". Ahora encadena tres partidos seguidos con minutos. ¿Ha cambiado esa percepción?
Si se le ha dado la vuelta a la tortilla es con trabajo. El día que puse ese tuit estaba enfadado, no entendía nada e igual no tenía que haber sacado el móvil y escribirlo. Aún así no creo que haya dicho ninguna mentira. Pero bueno, es un trabajo más. El fútbol es un negocio más y no hay que confundirse. Por eso vengo aquí a dar todo lo que tengo cada mañana, a sacar lo mejor de mí para progresar y conseguir objetivos. Me he repuesto de todo lo que me ha pasado, de tener una serie de entrenadores que no han contado conmigo y he cambiado la manera que tenían de pensar de mí. Esas cosas te gratifican y te deja ver que puedes cambiar las cosas que la gente piensa de ti.
¿Ha cambiado Quique Setién la forma que tenía de verle a usted al principio del curso?
Creo que sí. Él fue claro conmigo. En nuestras primeras conversaciones me dijo que no le gustaba y a día de hoy me dice que la realidad es que Marko Livaja y Sergio Araujo están por delante de mí, pero que reconoce que trabajo como el que más, que quizá no estoy al nivel de ellos, pero que todos los días doy el máximo. Antes me decía que no contaba y ahora estoy yendo convocado y jugando por delante de jugadores a los que no se les ha dicho eso.
¿Cómo ha vivido esos meses de travesía hasta encontrarse con estos minutos?
Uno trata de adaptar una actitud práctica y mira a largo plazo. Lo que busco es mirar las notas al final del año, como en el colegio, y decir: mira, he mejorado en esto y en esto otro, en aspectos futbolísticos y mentales. Cada año que pasa me siento más maduro y eso me da muchas más ganas de seguir.
Esta nueva situación en la que se encuentra, ¿cree que ha cambiado la manera que tiene de verle la UD? ¿Va a salir en el mercado de invierno?
A mí en ningún mercado me han dicho que estoy obligado a salir. Tanto el club como el míster me han dado la oportunidad de elegir. A día de hoy no me han comunicado que vaya a salir. Como he dicho otras veces, voy día a día. El siguiente objetivo es entrar en la convocatoria del Calderón y poder sumar más minutos contra el Atlético para ayudar al equipo. Esa es la guerra en mi mente.
Ahí está, al final de la semana. ¿Cómo ve ese partido?
En el Calderón fue el primer partido del regreso a Primera División. Recuerdo que la lista fue de 19 y yo estaba dentro, pero allí fui el descarte. Me quedé rascadísimo. Ahora estoy deseoso de que salga la convocatoria y de poder estar dentro. Ojalá que pueda estar allí y tener la oportunidad de salir. Cuando estuve en el Leganés iba a ver al Atlético bastante y es increíble como vive la gente el fútbol allí.
¿Qué porcentaje de posibilidades se ve de seguir con la UD?
Tengo posibilidades, y si hay un mínimo de posibilidades voy a pelear por ello. Sé que soy capaz de aprovecharlas. Pienso que puedo seguir en la UD, estoy convencido.
¿Qué prefiere: estar aquí con un rol terciario o encontrar más minutos en otro equipo?
Cuando llegué me dijeron desde el club que no iba a jugar, que no iba a vestirme ni a tener casi minutos. Ahora estoy entrando en convocatorias, jugando e incluso metiendo algún gol. Tengo la esperanza de que antes de marcharme, si se da ese caso, tenga la oportunidad de hacer algo que pueda cambiarlo todo otra vez.
¿Qué ha pasado en estos dos años? ¿Le ha faltado alguien que crea en usted ciegamente?
Estamos en un equipo que está demostrando un nivel altísimo. En mi posición de juego se busca gente que marque la diferencia. Mi competencia son Livaja y Araujo, dos jugadores que creo que están por encima del nivel normal y obviamente me cuesta. Después, he tenido un año tras el debut que quizá no seguí la línea. A día de hoy, he madurado y he vuelto a mi senda. Sé que en poco tiempo voy a encontrar mi sitio y voy a ser importante allá donde esté.
¿Se siente jugador de Primera División?
Por supuesto. Era una espina que tenía clavada. El año pasado estuve una vuelta entera aquí y no tuve ni un solo minuto. Jugué en la Copa del Rey, marqué un gol, pero nada. Honestamente, pensaba que tenía cabida. Salí cedido al Leganés y pensé que igual nunca más volvería a la Primera División. Volví y me encontré con el mismo panorama. Encima pasa lo de Elche. Lo vi todo negro. No soy creyente ni supersticioso, pero recuerdo que algunas personas me decían que si lo del Elche no se dio era porque me estaba reservada otra cosa. Y aquí estoy jugando en Primera División con mi equipo.
¿Y si vuelve a salir?
Pues a pelear para demostrar que aquí tengo cabida.
¿Ha hablado el CD Tenerife con usted o su representante?
No. Estoy pensando en la UD. No sé si habrá hablado con mi representante, pero lo que sí sé es que él se está moviendo para que no nos pase lo del verano. Lo único que pienso es en estar aquí. Ellos se encargan de eso y yo de entrar.
¿Qué le dice su padre, el entrenador y exfutbolista Félix Oramas al respecto de todo esto?
Se sorprende de ver cómo estoy casi ahogado y al final siempre salgo para arriba. Él fue un buen futbolista y siempre ha sido una referencia, pero también con las ganas de superarlo. Futbolísticamente no me dice nada, siempre tengo yo que preguntarle. La mayor culpa de que hoy esté aquí es de mi padre. Tengo que agradecérselo casi todo a él.
En breve le tocará a usted dar consejos. Estrenará paternidad dentro de poco...
Sí, aunque estoy un poco acojonado [se ríe], pero muy feliz y muy contento, tanto yo como mi pareja. Estoy deseando que llegue el día, que salga todo bien y poder disfrutar del pequeño pronto.
