"Esto no es un capricho. No voy a dar detalles porque no son importantes. Estas cosas no pueden pasar y ellos son los que lo tienen que saber. Hay que preservar la imagen del club y saber que esas decisiones que se han tomado es porque el comportamiento de ciertos chavales no se pueden permitir y ellos están de acuerdo. Ya se ha hablado, han pedido disculpas. Lo importante es superar esta semana. Lo importante es que quedan 20 partidos y si perdemos mañana [hoy para el lector] el equipo va asalir reforzado. Podía haber toreado estas preguntas pero afronto una situación que nos afecta a todos y tenemos que apechugar. La situación es difícil". Con esa contundencia terminó ayer Quique Setién una de las ruedas de prensa de un entrenador de la UD Las Palmas más sonoras que se recuerdan.

El técnico amarillo alzó la voz por lo que considera falta de disciplina de varios jugadores. "Están en la convocatoria tres jugadores del filial y saldrán tres jugadores que podrían jugar pero no van a jugar porque creo que hay cosas más importantes de cara al futuro de este equipo", explicó. El técnico quiso dejar las cosas claras y dio un golpe de autoridad: "Va a haber una serie de consecuencias por lo que ha ocurrido esta semana. En muchos casos habrá cosas que parezcan bien y otras no tan bien. Hay casos como el de Jonathan que le he tenido que mandar al rincón de pensar unos días. Hay jugadores que han tenido un comportamiento que no corresponde, he tenido que tomar medidas que creo que son las mejores para el club y para mí", comentó.

Discusión con Viera

En el caso de Jonathan se refería el técnico a una discusión que tuvo con él en el descanso del partido del Camp Nou, un problema que ya está resuelto pero que, como el año pasado en Cornellà, le costará un partido en la grada y le costó entrenarse esta semana en solitario.

El técnico, que concretó que cuenta "con el respaldo del presidente" y agradeció que "éste es el camino por el que hay que avanzar", recordó su pasado como jugador: "Mi comportamiento no era intachable. No trato de justificar a nadie porque somos mayorcitos como para saber que todos los actos tienen consecuencias. Vas dejando pasar ciertas cosas que no son importantes pero al cabo de un tiempo van haciendo cierto daño porque no todo el mundo en el vestuario es igual", continuó el cántabro.

"Hay momentos que para no perder todo el equipo es preferible perder a uno o dos jugadores. Si permites ciertas cosas en un vestuario a la larga pierdes a todo el equipo y acaba con el cese del entrenador. Sé que hay algunos jugadores que van a ir a la grada que nos pueden ayudar a ganar el partido y se me va a criticar en función de gane o pierda", prosiguió.

Resumió que ha sido "la semana más difícil y dura desde que estoy aquí por diferentes motivos". "En Madrid sucedieron lesiones y problemas, durante el partido en Barcelona sucedieron cosas. Ahora mismo el equipo no está del todo bien, ni los jugadores ni yo", relató. El técnico ahondó en la semana pasada, cuando el equipo pasó unos días en Madrid entre los duelos ante Atlético y Barcelona: "Siempre que hemos salido de la Isla muchos días nos han pasado cosas extrañas. Mantener la normalidad durante 10 meses con 25 personas y todo lo que mueve el fútbol... surgen problemas y hay que afrontarlos. Nadie es rectilíneo, hay cambios de humor, cosas que cambian el funcionamiento de un colectivo", añadió. Por ello, en el partido "nos vamos a tener que sobreponer a muchas cosas, espero que los jugadores que salten al campo se olviden de todo porque todos están afectados".