Un notable alto. Es la nota que merece la primera vuelta de la UD Las Palmas. El equipo amarillo llega al ecuador de la Liga con 25 puntos en su casillero, más de la mitad de los que necesita para lograr su objetivo. La meta, que es firmar la permanencia con tranquilidad, está más cerca. Ese botín permite a los hombres de Quique Setién situarse más próximos a los puestos europeos que a los del descenso. Y es que se encuentran a seis puntos de la Europa League y a doce de la zona roja. La distancia es sideral. El escalón al que llega la UD al ecuador es el undécimo, el más bajo en lo que va de temporada después de un inicio espectacular.
Ha ido en trayectoria descendente la UD porque su arreón inicial fue tremendo. Es uno de los grandes legados que deja el club insular en esta primera vuelta. Con dos victorias en las dos primeras jornadas, ambas con goleada incluida, alcanzó el liderato. Apabulló al Valencia (2-4) y al Granada (5-1) para colarse en la dimensión del Real Madrid y el Barcelona. Es uno de los 'highlights' del curso y de la historia del club. Casi 40 años llevaba la entidad insular sin situarse en lo más alto de la clasificación de Primera División. Y esta vez lo ha conseguido solo una temporada después de regresar a la élite.
Ese botín le permitió afrontar el curso desde la tranquilidad. Todo lo contrario de lo que ocurrió el año pasado. Esos nervios, esa sensación de tener el descenso pisando los talones ahoga a cualquiera. Y quitársela de encima desde el comienzo libera a los jugadores, algo especialmente necesario para el estilo de juego de esta UD Las Palmas. Desparpajo, precisión, valentía y riesgo son actitudes que aparecen con más facilidad en una posición tranquila en la tabla.
Sin esa presión se ha presentado la UD Las Palmas en algunos de los campos más prestigiosos de la categoría. Con ese descaro rozó la heroica el equipo insular en el Sánchez Pizjuán en la tercera jornada. Luego superó al Málaga con lo justo y claudicó en San Sebastián por la vía rápida. La UD, pese a todo, se mantenía en puestos europeos.
Llegaba tocado a una de las citas grandes de la primera vuelta, la visita del Real Madrid al Estadio de Gran Canaria. Un gol de Sergio Araujo, su último gran acto de servicio de amarillo, hizo estallar de júbilo al recinto de Siete Palmas. Encadenó así la UD un tramo de temporada con buenas actuaciones pero una racha larga sin ganar. Desde el triunfo ante el Málaga no volvió a sumar de tres la UD hasta la undécima jornada.
De por medio un empate en Pamplona, otro ante el Espanyol, una derrota con polémica en Villarreal y otro empate frente al Celta. En El Madrigal llegó la gran obra de arte de esta UD, una jugada larguísima culminada con tres gestos geniales de Jonathan Viera, Tana y Prince Boateng.
Por fin llegó el triunfo ante el Eibar, con un gol de penalti en el descuento. Luego una derrota con muchas dudas en el feudo del Betis, otra victoria de prestigio contra el Athletic y de nuevo una pequeña racha sin ganar. Empató la UD en Vitoria, en casa ante el Leganés y cayó de pie en el Calderón. Seguían los amarillos sumando poco a poco, con paso lento pero seguro. Asentaba su modelo de juego envidiable, al que le faltaba puntería y verticalidad pero le sobraba talento y claridad de ideas.
El 2017 ha empezado con una gran victoria ante el Sporting, una derrota en el Camp Nou, un empate frente al Deportivo y un incendio interno. Pero la UD Las Palmas está en una situación de privilegio, se encuentra sobre la línea deseada al inicio del curso y afronta la segunda vuelta con la ilusión de Europa y, sobre todo, la de acabar la temporada sin sufrir.
