En la cima del mundo, en el Santiago Bernabéu, en la capital del fútbol, ante el líder de la Liga, la UD Las Palmas montó una muy gorda. Le dio un meneo al Real Madrid, insuficiente para lograr la victoria (3-3) pero sí útil para quitarse de encima los fantasmas de las cuatro derrotas seguidas y lucir su sello de estética en un escenario inigualable. Y solo eso, el aura que desprende el templo de la Castellana le impidió salir a hombros y con los tres puntos bajo el brazo. Porque el líder -que ya no lo es por culpa de la UD-, se encomendó a su empuje final para igualar gracias a un doblete de Cristiano Ronaldo en un duelo emocionante, jugado a pecho descubierto por los dos equipos y con muchas dosis de polémica arbitral.

Solo la gestión de los últimos minutos se le puede reprochar al cuadro insular. En ese tramo final la UD invitó al Real Madrid a la ruleta rusa, pecado mortal ante un rival abonado a la épica, incluso cuando juega con uno menos 45 minutos por una clara expulsión de Bale. Aprovechó esa circunstancia la UD para anotar dos goles, ponerse 1-3 y presumir de estilo e ideas claras, pero no para rematar. Dio por muerto al Real Madrid, perdonó varias ocasiones claras para golear y se acabó preguntando cómo había dejado escapar una oportunidad tan grandiosa.

Porque hasta entonces lo estaba bordando. El equipo amarillo le dio un baño enorme al ejército de Zidane. Jonathan Viera, Jesé, Roque y Tana se vistieron de Modric, Kroos, Cristiano y Benzema para dinamitar la Liga. Todo el mundo hablará de las diabluras de la UD, no solo por el empate si no también por el momento. Y todo ello después de cuatro derrotas seguidas que no alteraron el pulso de los amarillos, fieles a su filosofía y pese los riesgos que ello provoca, como en el 1-0. Y es que en esta obra de arte empezó mandando el Real Madrid con un tanto de Isco, un espejismo teniendo en cuenta cómo transcurrió el resto del partido, en el que solo mandó la UD, que acabó rozando el sesenta por ciento de la posesión de balón.

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Desde el primer minuto habían mostrado sus intenciones la UD y el Real Madrid. Los amarillos exhibieron personalidad jugando al límite en la salida de balón -también Javi Varas, que no acusó su error del viernes- y los blancos tardaron segundos en plantarse en el área. De hecho marcó Cristiano, pero la jugada estaba bien anulada por fuera de juego de Bale. Pronto Roque tomó el mando de las operaciones. Los insulares sacaron la escuadra y el cartabón para imponer su manual. Setién había sacado al once de gala que le permite la enfermería y su equipo tiró de juego de memoria para sacudirse la presión del Madrid. Zidane había alineado menos rotaciones de las esperadas y solo dio descanso a Pepe, Casemiro, Modric y Benzema.

Isco, uno de los muchos suplentes de lujo con los que cuenta el técnico francés, penalizó el primer error de la zaga amarilla. En la primera circulación de balón local, después de que Roque y Jesé hicieran sus primeras incursiones en el área de Keylor Navas, castigó el Real Madrid. Ellos no avisan, solo disparan. El mediocampista andaluz, que venía de levantar a su equipo en Villarreal, volvió a llevarse los focos al aprovechar un agujero entre Pedro Bigas y Dani Castellano y un gran envío de Kovacic para batir a Javi Varas. La posición de Isco era muy dudosa ya que el gemelo había tirado tarde el fuera de juego.

Pero poco tardó la UD en exhibir su seriedad. No perdió los papeles, se ciñó al manual y al minuto Tana se sacó de la chistera un golazo. Fue, cómo no, tras otra vistosa circulación. Recibió de Simón en la frontal, se dio la vuelta en un chispazo, rompió la cintura de Sergio Ramos y aniquiló a Keylor Navas. Un golazo para quitarse la espina de sus ocasiones falladas ante la Real Sociedad.

La fogosidad sin premio de Jesé

El Real Madrid aceptó entonces el duelo y durante unos minutos el partido no tuvo tregua. Cada uno con su estilo llegaban a las dos áreas. Presumía de argumentos la UD en unos minutos de excelencia de Roque, Viera y sobre todo Jesé Rodríguez. Como en casa en ningún sitio el ex del Real Madrid, que se las tuvo tiesas con su amigo Carvajal, al que no paró de retar con la ayuda de Viera y Dani. En el primer desafío el lateral despejó dentro del área un remate que encontraba portería y en el segundo le ganó el duelo tirándole al suelo.

Estaba dominando la UD, pero el Real Madrid no perdía de vista la portería de Varas, sobre todo gracias a un Bale que amargaba la noche a Dani Castellano y a un Isco enchufado. Otra internada del andaluz y un cabezazo del galés cercaron la portería visitante pero no se asustó la UD, que siguió a lo suyo. Incluso después de la lesión de Bigas. El balear, que debutó en Primera en el templo madridista jugando como delantero centro en las filas del Mallorca, recibió un golpe fortuito de Dani Castellano en la nariz y tuvo que ser sustituido por Aythami Artiles.

Esa pausa -Bigas necesitó la entrada de la camilla- fue el único respiro que dio la primera parte. Sin equilibrio y con poca tensión defensiva el Madrid no hallaba el remedio a la clase de la UD. Los amarillos, además, estaban enormes en el fuera de juego, estrategia en la que solo penalizaba el error puntual de Dani en el gol. Cristiano y Morata se perdieron varios mano a mano gracias al tino de toda la zaga amarilla y del asistente.

Gobernaba la UD con la pausa de Roque en la salida de balón y el vértigo de Viera y Jesé, que puso a Prince Boateng delante de Keylor pero el ghanés mandó su remate a las nubes. Fue la más clara de lo que quedó de primera parte, pero los insulares siguieron llegando. Un cabezazo de Vicente y otro remate desviado de Viera daban fe de que la UD estaba dispuesto a liarla en el Bernabéu. La afición no tuvo piedad de los suyos y les castigó con una pitada que les hizo despertar al borde del descanso. Pero a un gran centro de Cristiano para Morata acudió al rescate un inmenso Lemos para mandar el balón a córner. Y poco después un chut de Bale lo atrapó Varas.

El arrebato y la ayuda arbitral

Y entonces llegó el momento clave. Bale tuvo un arrebato inexplicable después de que Viera le mareara. Le pateó, le empujó y se fue a la calle con justicia. La superioridad numérica espoleó a la UD, que encontró espacios por todas partes cada vez que combinaba. Ramos cometió un penalti claro por manos a tiro de Simón y Jonathan Viera no falló. A los cinco minutos Prince Boateng aprovechó un excelente envío en largo del propio Viera para anticiparse a Keylor y anotar a puerta vacía.

Quedaba media hora. Lo tenía en la mano la UD, que siguió bailando al Real Madrid y llegando al área con claridad. Entraron Mateo y Halilovic, que junto a Jesé se atiborraron a espacios en busca del tercero. Pero a veces faltó lucidez y otras sobró individualismo. Y el Real Madrid no perdona nada. A pesar de la inferioridad numérica seguía sumando ocasiones. Varas y la defensa se hacían gigantes ante Cristiano y Morata, que recibieron la ayuda con los cambios de Benzema, Lucas Vázquez y James.

Y en esas llegaron los últimos cinco minutos. Un penalti inexistente por mano de Dani Castellano en el área no lo desaprovechó Cristiano Ronaldo. El gol dio alas al Madrid y poco tardó el portugués en anotar el segundo de cabeza tras un córner en el que el asistente dudó y se decantó por el grande. En la ruleta rusa también la tuvo la UD, pero falló y se marchó del Santiago Bernabéu con el mérito de sentir que un punto le supo a poco.

Estadísticas:

3 - Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Nacho, Sergio Ramos, Marcelo; Kroos, Isco (Lucas Vázquez, m.65), Kovacic (James, m.71); Bale, Cristiano Ronaldo y Morata (Benzema, m.71).

3 - UD Las Palmas: Javi Varas; David Simón, Lemos, Bigas (Aythami, m.27), Dani Castellano; Roque Mesa; Tana, Vicente Gómez, Jonathan Viera (Halilovic, m.75), Jesé; y Prince Boateng (Mateo, m.68).

Goles: 1-0, m.8: Isco. 1-1, m.10: Tana. 1-2, m.56: Viera de penalti. 1-3, m.60: Boateng. 2-3, m.87: Cristiano Ronaldo de penalti. 3-3, m.89: Cristiano Ronaldo.

Árbitro: Fernández Borbalán (colegio andaluz). Amonestó a Ramos (55) y Morata (71) por el Real Madrid; y a David Simón (44), Boateng (53) y Halilovic (90) por Las Palmas. Expulsó a Bale en el minuto 47.

Incidencias: encuentro correspondiente a la 25a jornada de la Liga disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 63.789 espectadores.