La UD Las Palmas lleva conjugando su vida en los últimos días más en otros tiempos por delante del presente. Primero, en el pasado, agarrado a su empate en el Santiago Bernabéu frente al Real Madrid. Pero más allá que en pretérito, el cuadro amarillo ha estado pensando en el futuro. Todo centrado en una figura, la de su entrenador Quique Setién y su devenir la próxima temporada, cada día más alejado, más distanciado de la entidad grancanaria.

Y en esas el fútbol devuelve a de nuevo a Las Palmas al presente. Porque esta tarde (17.30 horas, BeIN LaLiga) el cuadro amarillo recibe en el Estadio de Gran Canaria a Osasuna, colista de la Primera División. Un partido de alto riesgo, tanto deportivo como emocional.

Para empezar, la UD Las Palmas ha sumado sólo un punto en los últimos cinco partidos. Un empate de prestigio y calidad ante el Real Madrid de Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos o Gareth Bale, al que le sobraron siete minutos para que los amarillos consiguieran una hazaña histórica: la primera victoria en la vida de la UD en el Bernabéu.

Ese partido, esa exhibición de fútbol que mostró Las Palmas en la casa blanca estaba precedida por cuatro derrotas consecutivas (contra Granada, Sevilla, Málaga y Real Sociedad) que dañaron a un equipo que parecía levitar. Porque aunque las sensaciones y méritos en varios de esos encuentros eran argumentos válidos para pedir más, el bagaje de puntos -a fin de cuentras lo que da de comer en el fútbol- es pobre: un punto de quince posibles.

Volver a ganar, cosa que no hace la UD desde el pasado 30 de enero ante el Valencia (3-1 en el Gran Canaria) es el asunto primordial que tienen los de Quique Setién hoy entre manos. Una buena manera para empezar a recuperar la seguridad en sí misma que tenía Las Palmas en el Estadio de Gran Canaria, donde se había mostrado imbatido hasta que llegaron primero el Sevilla y después la Real Sociedad.

Delante, el cuadro del técnico amarillo tiene a un equipo que huele a Segunda División: el Club Atlético Osasuna. El conjunto navarro sólo suma a estas alturas de la temporada 10 puntos, un promedio horrible para aspirar a seguir en LaLiga Santander. Porque los pamplonicas tienen la salvación a esa misma distancia, diez puntos. Todo en un equipo dirigido por Petar Vasiljevic, que arrancó el curso como director deportivo y que, tras las destituciones de Enrique Martín y Joaquín Caparrós, asumió también el control del banquillo.

Si el objetivo de Osasuna es sumar en busca de un milagro y acabar la temporada fuera del descenso, el de la UD, hoy por hoy, es cerrar la permanencia cuanto antes. La razón es clara: a día de hoy, Las Palmas está más cerca del descenso que de cualquier otra cosa -a diez del Granada, decimonoveno clasificado; a dieciséis del Villarreal, sexto en la tabla-. La ventaja con la que jugaba la UD antes de este bajón se ha esfumado y alcanzar cuanto antes la barrera de los 40 puntos se antoja primordial para evitar sustos que a día de hoy parecen más que evitables.

Con este panorama por delante, Setién no podrá contar con los lesionados Hélder Lopes, Michel, Javi Castellano y Montoro, ni tampoco con el central Aythami Artiles, apartado por indisciplina para este partido. La buena noticia es el regreso de Marko Livaja, tras varias semanas fuera de juego. Ganar y sumar de tres, parece el mejor remedio para la UD en unos días donde se mira más al futuro que al presente.