Adiós a un hombre de club. Fernando Arencibia Hernández, expresidente de la UD Las Palmas, falleció en la madrugada del lunes a los 88 años de edad. Máximo dirigente de la entidad amarilla en tres etapas distintas estapas (1988-1989, 1994-1995 y un breve periodo interino en 1999), Arencibia estuvo vinculado a la institución de Pío XII desde la época gloriosa de la UD hasta finales de los 90. Una figura llena de compromiso y entrega a los colores de Las Palmas.

La primera era de Arencibia como presidente amarillo llegó tras el descenso a Segunda División en 1988 para completar un curso; la segunda, en la campaña 1994-1995, la tercera que el club tuvo que vivir en Segunda B y donde no pudo completar el ascenso; y la tercera, de manera transitoria y efímera tras la dimisión de Ángel Luis Tadeo como presidente de la UD Las Palmas en 1999.

"Recuerdo como entró en el club el día de una de las multitudinarias asambleas en los Salesianos. Íbamos en la lista de Juan Trujillo Febles [presidente de la UD Las Palmas entre 1959 y 1974] y se presentaban en la oposición Julio Caubín y también otra lista liderada por Miguel Curbelo", rememora José de Aguilar, presidente de la entidad amarilla entre 1982 y1984, e integrante de la plancha de Juan Trujillo.

Aguilar destaca su "compromiso", su "alegría" en el trabajo y su "compañerismo" en las oficinas de la antigua sede del club en Pío XII. "Aportó al club todo lo que tenía, todo. Él hizo lo posible para que el club saliera adelante en un época complicada. Y siempre lo hizo con su buen humor, la alegría de su carácter y un sentimiento por Las Palmas como pocos. Era un compañero de trabajo excelente", recalca Aguilar.

Su primera etapa como presidente amarillo está marcada por dos decisiones: la venta de Sergio Marrero al Atlético de Madrid por y la decisión de colocar a Álvaro Pérez en el banquillo. A mitad de la temporada, el técnico grancanario fue sustituido por el salvavidas habitual de la UD durante una gran etapa: Germán Dévora, hoy presidente de honor de la entidad. "Me dijo que si podía hacerlo y lo hice. Era una persona muy bromista, pero ahí había poca broma. Los que lo conocimos sabíamos de su sentido del humor", comenta Dévora.

El presidente de honor también destaca la "sencillez" de Arencibia, uno de los médicos endocrinos con más presitigio del Archipiélago. "La verdad es que a veces no parecía ni el presidente. Aparentaba ser una persona seria y después era todo lo contrario, un presidente dicharachero", añade, para continuar con una anécdota con él. "Resulta que en una comida de directivas, según me contaron, Arencibia se pasó diciendole a su homólogo del otro club que él había sido futbolista en su día, incluso internacional con España. Ellos se lo creyeron todo", añade el máximo goleador en la historia de la UD Las Palmas.

Bajo ese primer mandato, Fernando Arencibia repatrío a Gerardo Miranda desde el FC Barcelona a la UD. "Era un tipo bromista, simpático, alegre, muy social. Como presidente era un padre para los jugadores. Siempre estaba soltando alguna broma, con un buen sentido del humor y cariño. Es una pena su pérdida", comenta el exlateral de la entidad amarilla.

Su vuelta a Gran Canaria tras pasar siete temporadas en el FC Barcelona fue uno de los refuerzos más sonados de aquella UD Las Palmas en el curso 1988-1989. "Vino Don Manuel Betancort a verme a Barcelona. Yo quería volver a Las Palmas y la verdad que todo fue muy fácil y rápido. Fueron un par de años en Segunda algo complicados, pero hay que recordar que él ya era directivo desde hacía mucho tiempo y congregó parte del éxito de la mejor UD", sentencia Miranda, que llegó ese año a un equipo que se reforzó en la portería con Julen Lopetegui -cedido por el Real Madrid-, hoy seleccionador nacional.

Uno de sus compañeros de trabajo más fieles durante todos esos años, tanto en la primera como en la segunda etapa al frente del club fue Ángel Luis Padrón Dieppa. "El Dr. Arencibia era una persona inquieta, en el buen sentido de la palabra, siempre con optimismo aunque se vivieron momentos complicados, sobre todo en la etapa tras la conversión en sociedad anónima del club", recuerda el exconsejero.

Ángel Luis Padrón recuerda el proceso de reagrupamiento y remodelación de finales de los 80 donde aparecieron Angel Luis Tadeo, Ramón Escobar, Eustasio López, Andrés Calvo, Luis León Fernández o Manuel Betancort. También los que llegaron después, ya con Gonzalo Medina, Francisco Alemán o Luis Sicilia, y la que le siguió con la llegada de Germán Suárez o los Hermanos Domínguez, siempre de la mano de Tadeo. "La segunda etapa de su presidencia, ya en Segunda B, fue dura. Aún así él siempre se lo tomaba con humor. Éramos de los viejos rockeros y él fue una parte activa en momentos complicados. Recuerdo que firmó un aval de 70 millones de euros cuando nos íbamos para el carajo...", rememora Padrón que aún ve su figura "campechana, paciente y alegre" de un hombre que "no faltaba ni a los entrenamientos".

En el puro lodo

En 1994-1995, la UD, sumergida en la categoría de bronce, intentaba volver al fútbol profesional por tercer año consecutivo. Arencibia entregó el equipo a Iñaki Sáez, que tiró de activos de la casa como Víctor Afonso, Socorro, Orlando o Paquito con hombres que llegaron desde la Península como Eléder, Sarriugarte o Asier. Rafael León, exconsejero en aquella misma época de la UD, también define al desaparecido galeno como un "gentleman campechano" al servicio de Las Palmas. "Su firma nunca fallaba cuando se le pedía. A las 14.00 horas, siempre estaba en la sede del club para ver como iba todo", añade.

"Daba todo por Las Palmas. Diría que dio demasiado para lo que el fútbol le dio a él. Si había que conseguir algo, ahí estaba él. Incluso en los momentos de tensión, siempre sacaba su particular sentido del humor y su imaginación, cosa que hizo en más de alguna junta que estaba caliente", comenta el exconsejero de la UD. Un amor por una entidad que disfruta hoy en Primera División de la pasión y del trabajo de hombres como él.