Habría que ver si convencían a Jesé las explicaciones de Quique Setién en la sala de prensa tras el partido frente al Villarreal justificando su primera ausencia del once por decisión técnica desde que viste la amarilla. Achacaba su suplencia a unos leves problemas físicos al inicio de semana y a su falta de frescura en los días posteriores, según apreciaba el entrenador en los entrenamientos. Lo cierto es que al futbolista cedido por el PSG, seguro, le pasaban por la cabeza aquellos días donde no rascaba bola en el conjunto parisino. Evidentemente, la situación no se le asemeja para nada, pero él vino, incluso perdiendo dinero, para sentirse importante y, desde luego, no se siente así en el banco.
Salvo el encuentro fuera de casa ante el Granada, poco días después de que se confirmara su llegada a la UD y casi sin tiempo para acoplarse, el de La Feria no había vuelto a probar las mieles de la suplencia. Aunque no le salían del todo las cosas en un principio, sin acierto de cara al gol, los halagos de Quique Setién no hacían pensar que, pocas jornadas después, decidiera su desaparición del equipo titular.
En esta ocasión, el entrenador cántabro depositaba su confianza en Mateo García para hacer daño por el flanco izquierdo del ataque. El argentino, un futbolista al que el técnico le recomendaba su salida en el mercado invernal y que luego le ha ido ganando con sus apariciones, no mejoraba las prestaciones del crack. Pero incluso, el míster no lo eligió como segunda opción en esa plaza. En el minuto 59 del encuentro, Momo tomaba el testigo en esa zona, mejorando bastante las prestaciones del anterior inquilino.
El veterano jugador aportó más aplomo y trabajo en ese flanco, y en los instantes finales del choque, cuando la UD Las Palmas necesitaba tener el balón para evitar cualquier susto del Villarreal, se ofrecía y actuaba con solvencia. Además, dio otro pasito para su renovación con los minutos que tuvo. Le quedan dos partidos más para cumplir el cupo que le aseguraría su continuidad en la plantilla.
A Jesé le llegaba su oportunidad en el 73. Le tocaba desempeñar la función de delantero centro, adelantando en la rotación en dicha demarcación a un 9 puro como Livaja. Salía para refrescar el ataque por un Prince fatigado en lo físico después de su buen partido. Salvo destellos, el jugador cedido por el PSG no aportaba en demasía, y en una de sus escapadas hacia la meta rival recibía una entrada criminal de Jaume Costa que podría haberle dañado seriamente.
Conociendo el carácter temperamental de Jesé Rodríguez, y si se vuelve a dar la circunstancia de perder protagonismo, podría empezar a maldecir su decisión de regresar a casa para sentirse importante. También puede haber una segunda lectura de esta suplencia, ya sabe que Quique Setién no se casa con nadie si su rendimiento no le convence en los entrenamientos y en los partidos.
Su salida del once, precisamente, se produce días después de que el presidente Miguel Ángel Ramírez, principal hacedor de su vuelta a casa, no descartaba su continuidad la próxima temporada en la UD en caso de que el propietario de sus derechos, el PSG, no cuente con él, aunque también reconocía que esa opción era remota.
Incluso, cuando se conocía la suplencia de Jesé frente al Villarreral, a los mal pensados se les encendía la luz. Barajaban que la decisión del técnico tuviese como fondo el pulso tenso que mantiene con el club, y por ende con Ramírez, por la renovación del cántabro por Las Palmas. Argumentaban que su suplencia molestaría en las altas esferas pues la presencia del crack en la Isla se debe en gran medida a una operación presidencialista, como ocurría el pasado verano con la incorporación de Prince.
Aunque suene muy enrevesada esta teoría maquiavélica, podría llegar a comprenderse visto el cariz que han tomado los acontecimientos entre uno y otro bando a cuento de la continuidad del Quique Setién en el banquillo amarillo.
Habrá que ver el cariz que toma la situación de Jesé y, sobre todo, si considera esta ración de banquillo como un incentivo para su reacción o la ve como un castigo excesivo, sobre todo después del esfuerzo que realizaba en el mercado invernal para recalar en el club de su tierra cuando contaba con ofertas más solventes.
Cerramos el caso Jesé para abrir el de Alen Halilovic. La suplencia del croata, que ha disfrutado de la titularidad en solo tres ocasiones desde su llegada como flamante refuerzo, sorprende menos. Sobre todo porque en su zona de actuación coincide con el grancanario Tana, un futbolista que Quique Setién considera muy importante en sus planteamientos. Pero en esta ocasión sí extrañaba más la presencia en el banquillo del ex del Hamburgo después de ser el mejor de la UD la pasada jornada contra el Espanyol. Lo que parece claro es que su estilo individualista, como dejó ver ayer otra vez, no agrada del todo al entrenador.
