Una negociación para la historia. Pulso de alta gama con sobre incluido. Bajo el adiós de Setién, respiran cuatro meses de combate con los wasaps como dardos con cianuro. ¿Quién sale victorioso del 'no' de Setién? ¿Hizo la UD todo lo posible por atar al emperador de seda? ¿Qué relación mantiene el técnico con la dirección deportiva? ¿Por qué atendía el entrenador a los medios nacionales y desvelaba conversaciones privadas con el presidente?
El 3 de marzo se marca un punto de inflexión definitivo. La UD hacía pública el traslado a Setién de una oferta récord de cinco años. Se convertía en el mejor pagado de todos los tiempos. El órdago de Miguel Ángel Ramírez, negociador implacable y que cerró las contrataciones de Prince Boateng y Jesé Rodríguez, dejó a Setién desnudo y sin coartada.
Se le entregó en un sobre, tras triturar a Osasuna (5-2) -5 de marzo-, una oferta escandalosa. Prácticamente irrechazable. No abriría el documento hasta la noche siguiente. Y en los micrófonos de la Cadena Cope, Setién desvelaba el contenido de conversaciones de índole privada con Ramírez.
Confesiones prohibidas
En la previa del pulso ante el Espanyol en Cornellà [9 de marzo] estalló el volcán. Setién la volvía a liar. "Mi relación con el presidente es buena, aunque hay cosas que no entiendo (...) Me ha llegado a decir que quiere que me quede toda la vida (...) Que si me voy, podría volver". Volvía a desvelar el contenido de los wasaps.
Pero, con razón, cuestionó que se filtrase la duración de los cinco años de contrato de la oferta recibida tras la manita a Osasuna.
"No he hecho público absolutamente nada. Antes de abrir el sobre, ustedes ya habían avanzado que era por cinco años (...) "De Berizzo, Valverde o Simeone también se comenta que igual no siguen pero no oigo que las cosas privadas se divulguen".
Ramírez respondió con todo el arsenal atómico. "Saben que hay mensajes de wasaps entre Quique y yo porque lo cuenta él, no nosotros (...) No le vamos a tener en cuenta sus confesiones en los medios cada semana".
Game over. Fin de la confrontación. La aparición de Ramírez apuró un milagro que no se concretó. Setién pasa a la historia como el de la negativa a una oferta mareante. Y por llevar a sala de prensa el pulso de los wasaps.
