Cuando Setién besó el catenaccio.

Y encontró el Santo Grial.En el dogma filosófico del estratega de seda [69 duelos oficiales con la UD, 25 victorias, 101 goles a favor y un 57% de media de posesión], figuran 45 días en los que la legión del Roque Nublo fue una apisonadora. Alcanzó la inmortalidad con una etiqueta pragmática. Era el 'plan b'.

Cuatro conquistas visitantes en menos de dos meses. Una cifra récord. Bautizada como la primavera de oro, el cuadro amarillo se impuso en seis de los siete partidos [desde la 26ª a la 32ª jornada]. Trece goles a favor y cuatro en contra. Una secuencia incontestable.

Así se gestó la salvación. 18 de 21 puntos al zurrón. Estalló la leyenda de matagigantes. El 11 de abril de 2016, a estas alturas del campeonato, terminaba la racha bendita. En 690 minutos de éxtasis, Setién revolucionó el campeonato.

Aplicó una serie de matices tácticos que le llevaron a coronarse como el Mejor Técnico de la Liga Santander del mes de marzo de 2016. Encadenó 344 minutos sin recibir un tanto en esa franja desde la 26ª jornada [26 de febrero de 2016] a la 32ª [11 de abril]. Pero hay más, logró dejar su portería a cero como visitante durante tres duelos consecutivos. Y fue al cuarto, cuando Lucas Pérez batió a Varas para dejar el guarismo final en 317'.

En este curso 2016-17, la UD, tras 14 duelos lejos del Gran Canaria [un total de 1.260'], ha recibido 34 dianas -un coeficiente de 2,4 por encuentro- y no ha dejado la portería a cero en ninguno. Un drama.

Sello camaleónico

En la primavera de oro, la UD colonizó fortalezas como Ipurúa, El Madrigal -ahora La Cerámica-, Anoeta y Riazor. La voracidad visitante despertó en el feudo armero ante la SD Eibar, donde mañana [18.30 horas, BeIN LaLiga], la UD tratará de dinamitar una racha sin gloria foránea eterna: 226 días. El mejor escenario para reventar el síndrome del chárter.

¿Cómo lo hizo Setién? Demostró amplitud de miras tácticas, con un sello camaleónico, que puso la primera piedra de esta obra faraónica ante los de Mendilibar. Era el nacimiento de la Capilla Sixtina.

El giro a la versión italiana queda al desnudo en el dato de la posesión. La UD perdió la batalla de la posesión: 51% para los vascos y 49% de los amarillos. Pero se llevó los tres puntos. Con un tanto de Bigas -mañana causa baja por sanción federativa-, los isleños se imponían (0-1) al Eibar. Un acontecimiento. Con la victoria en Ipurúa, se ponía fin a una depresión de 271 días sin vencer lejos del partenón de Siete Palmas. La última victoria foránea se remontaba al 31 de mayo de 2015 en La Romareda.

Luego llegó el vendaval ante el Getafe (4-0) y el remate inapelable de David García para conquistar El Madrigal (0-1). En la segunda alegría consecutiva foránea, la UD completó un 46% de posesión y seis tiros. El Submarino Amarillo firmó siete misiles y un 54% de manejo del esférico. El Madrid de Zidane (1-2), con un agónico tanto de Casemiro, congeló la racha.

Gloria con un 38% de posesión

La fecha del 19 de marzo de 2016 está subrayada en rojo en la libreta del estratega de seda. Fue la última ocasión en que la UD de Setién dejó la puerta a cero lejos del Gran Canaria [han pasado 382 días]. Fue en la victoria ante la Real Sociedad (0-1) en Anoeta. El tercer consecutivo. El bloque donostiarra firmó un 62% de posesión. Los isleños encontraron petróleo con un 38%. En la actualidad, son el segundo con más manejo de pelota de la Liga -57,9%-, solo superado por el Barça -62,5%-. Ante el Dépor (1-3), 11 de abril, se logró la penúltima foránea en Liga. El fin de la primavera de oro. Y llegó la era de las tinieblas. Seis puntos de 42 -solo figura la alegría de Mestalla en agosto-.

Balaídos, la impotencia

En la última jornada, la UD cayó (3-1) en Balaídos. El bloque isleño tuvo el gobierno del pulso [60,5% de posesión] y un bagaje ofensivo similar: seis tiros de los de Berizzo y cinco por los isleños. Se sumó la décima derrota foránea. Quedaron patentes las primeras muestras de desesperación. Viera fue categórico. "Necesitamos la de Dios para marcar". Falta de precisión, de rigor defensivo y de espíritu combatiente en la presión. Sin el traje de faena, que sí lució la UD en El Madrigal, Anoeta o Riazor, no hay manera de revertir la crisis eterna.

Setién conoce el camino. Está en su libreto mágico. Versículos de catenaccio. A falta de nueve jornadas, restan cinco salidas. Ipurúa, la plaza mágica, vuelve a cruzarse en el camino de un alma pecadora. La estética tiene fisuras. "Claro que me equivocado", reconoció el estratega. Hay alternativas tácticas para incendiar la competición. Y evitar la sangría. En Eibar se descubrió la penicilina. Allí se cantó ¡eureka!