Cuando el chileno Jorge Koke Contreras y el argentino Miguel Ángel Brindisi, en el antiguo Estadio Insular, tomaban en sus manos el balón para ejecutar un tiro libre, el runrún se tornaba en silencio expectante. Luego, en la mayoría de ocasiones, venía una atronadora explosión de júbilo. Mucho tiempo después, por fin, la UD Las Palmas encuentra un arma eficaz para sacar provecho de esa acción del juego. Surge la figura de Mauricio Lemos, que se ha destapado en la presente temporada como uno de los más efectivos de Primera División a la hora de acertar con las redes rivales al patear un golpe franco, con un promedio muy alto de efectividad.

Curiosamente, comparte honores con un grancanario, Sandro Ramírez, que está también mostrándose en el Málaga como un sobresaliente ejecutor. Una efectividad inesperada tanto la del uno como la del otro en una competición donde conviven con otros especialistas de clase mundial contrastada como puedan ser megacracks de la talla de Leo Messi o Cristiano Ronaldo.

Tres faltas directas ha enchufado ya el zaguero uruguayo de la UD en lo que llevamos de la actual campaña, y todas ellas de una muy bella factura. La última, el pasado viernes en Ipurua. Ese fogonazo de calidad del charrúa sería lo único positivo de la actuación del conjunto amarillo frente al Eibar, ante el que caía derrotado por 3-1.

Corría el minuto 61 cuando el colegiado cobraba como falta una entrada sobre Jonathan Viera, otro de los especialistas de la UD en estos lanzamientos. La pelota se situaba más allá de la frontal del área armera. Mauricio Lemos, raudo, tomaba la responsabilidad y enfocó en su objetivo la portería defendida por Yoel.

El defensa central de Las Palmas ejecutaba con maestría un disparo en el que combinaba la potencia y la colocación. El resultado, una obra de arte. El balón entraba irremisiblemente por toda la escuadra después de describir una parábola perfecta de fuera a dentro salvando el escollo de la barrera. Como se suele decir, quitó literalmente las telarañas de la portería rival.

Mauricio Lemos sacaba a pasear de nuevo su variado repertorio a la hora de ejecutar los golpes francos. Muy diferente al gol que le hizo al Málaga en La Rosaleda. En aquella ocasión, elegía también el palo izquierdo de la meta adversaria como vía para dirigir su disparo, aunque variaba la técnica.

En aquella ocasión imprimió a su latigazo más potencia que colocación. El zambombazo a media altura tomaba una trayectoria ascendente-descendente casi endiablada que sorprendía a un portero elástico como Kameni. Lamentablemente, el acierto realizador del uruguayo tampoco valía para que la UD sumase punto alguno, ya que caía por 2-1.

El único tanto de falta directa de Mauricio Lemos que contribuía a un triunfo de Las Palmas llegaba en el Estadio de Gran Canaria. Solo una vez la parroquia amarilla ha podido disfrutar en directo del arte del charrúa para esta suerte del fútbol. Ocurría en el encuentro ante el Valencia. Volvía a hacer gala de un lanzamiento pleno de potencia y colocación para enviar el balón de nuevo a la escuadra, esta vez la derecha del meta.

Si el uruguayo varía su repertorio, lo que no cambia es la distancia. En los tres golpes francos anotados, la falta desencadenante de la acción se producía a unos treinta metros de la portería y más o menos centrada al marco.

El acierto de Mauricio Lemos en los lanzamientos de libre directos no llega por inspiración divina. El charrúa, habitualmente, se dedica a ensayar estos disparos al final de los entrenamientos, ya bien sea en solitario o junto a algún compañero de vestuario compartiendo piques sanos.

Cinco dianas

Si nos está sorprendiendo el defensa sudamericano en su faceta de especialista en lanzamientos de golpes francos, también causa sensación su productividad goleadora. Con el tanto del pasado jueves en Ipurua, el central uruguayo ya suma cinco dianas en lo que llevamos de campeonato liguero.

Se convierte así en el tercer máximo realizador de la UD empatado con Marko Livaja. Figuran por detrás de Prince, Pichichi amarillo con ocho goles, y Jonathan Viera, que lleva seis. En este ranking, la posición del sudamericano sorprende, porque su demarcación en el campo no es la más propia como para destacar en el aspecto anotador.