La UD Las Palmas ha hecho muchos méritos a lo largo de la temporada para hacer que sus aficionados esperen cada partido con emoción. El juego y los resultados del equipo de Quique Setién han sido de notable durante todo el curso, pero en las últimas semanas se están empeñando en llevar la contraria. Mientras en toda España las Fiscalías alimentan los debates sobre los límites del humor, la UD Las Palmas se encuentra explorando los de su propio honor, ese que se ha ganado a pulso durante una temporada que iba para sobresaliente. Para profundizar en esa investigación llega el Real Betis (19.45 horas) en lo que será una vara de medir muy fiable.

El modo avión que ha tenido activado durante la mayor parte del curso da a la UD una coartada perfecta para sus dos recientes ejercicios de descomposición en Vigo y en Eibar. Ocurre que esta tarde vuelve a su casa, allí donde solo ha caído una vez, y le visita otro equipo en crisis. El Real Betis aterriza en tierra de nadie en la clasificación y con su entrenador, jugadores, dirección deportiva y hasta el presidente discutidos, una situación que ya no es extraña en otro club con facilidad para cuestionarse.

Una alineación más habitual

Algo parecido está haciendo la UD Las Palmas en las últimas semanas. Por ello, a pesar de tener los deberes ya hechos afronta un examen. Se ha dejado llevar y ahora debe esmerarse de nuevo para una victoria que imponga el equilibrio. Ha sido un alumno muy aplicado durante tres cuartas partes de la temporada y eso le ha valido para cumplir el objetivo. El aprobado ya no se lo quita nadie, pero en la recta final está en juego sacar nota. Y todo ello en un contexto ideal para la autodestrucción, con negociaciones retransmitidas, salidas de tono, fracturas internas y numerosos errores también dentro del campo. Unos ingredientes que han condenado a la UD a esperar la visita del Betis con el ceño fruncido y no con la cara sonriente, como venía haciendo durante toda la temporada gracias a su juego con aires de grandeza.

Para recuperarlo deberá poner, para empezar, la tensión competitiva que le faltó en Vigo y en Eibar. Tanto celestes como armeros se comieron en intensidad a los amarillos, algo que no debe volver a ocurrir si la UD quiere reconciliarse con los suyos. Porque en cuanto a calidad hay poca discusión. El Betis intenta ser un bloque más sólido, algo que no termina de lograr, pero le faltan ideas con el balón en los pies.

Mientras, el argumento de los insulares es el talento. Les sobra. Y más aún con el once que pondrá en liza esta tarde. Tras las rotaciones del jueves, cuando Setién hizo hasta siete cambios para dar frescura, la inmensa mayoría de los menos habituales desaprovecharon su oportunidad, por lo que la alineación será más reconocible.

Regresarán, por tanto, Vicente, Tana y Jesé a la línea de mediapuntas, con Prince Boateng como referencia. Y atrás vuelve Bigas tras cumplir sanción, y tanto Dani Castellano como Macedo a los laterales. Roque y Viera continuarán. Todo ello en un partido con aires de reivindicación. Es lo que tiene relajarse sin el curso terminado.