El oasis del estratega. 19 toneladas de gloria en el jardín de Setién. El técnico de la UD, 77 duelos oficiales en el banquillo amarillo [debutó el 25 de octubre de 2015 en Siete Palmas ante el Villarreal], deja en su expediente una marca de 19 victorias en el Gran Canaria.
Tras 39 encuentros en el partenón de Siete Palmas, entre la competición doméstica y la Copa, en las dos últimas temporadas, solo sucumbió ante Dépor, Atlético (3), Valencia, Barcelona (2), Real Madrid, Sevilla y Real Sociedad.
El pasado domingo dio carpetazo a su idílica relación con el Gran Canaria ante el Barça. En Liga, ha conquistado 16 victorias -siete en la campaña 2015-16 y nueve en la actual- y tres en Copa del Rey.
Los amarillos, a falta de una jornada, este sábado ante el Deportivo en Riazor (18.00 horas, BeIN Liga), cierran su concurso de local con una meritoria novena plaza en la tabla de los anfitriones. 33 puntos, nueve victorias, seis empates, cuatro derrotas, 33 goles a favor y 25 en contra. Pulverizan los registros del Deportivo Alavés (29 puntos), Valencia (28), Celta de Vigo (28), Betis (25) y Dépor (23).
336 días de dictadura
En el partenón de Siete Palmas, Setién logró encadenar 336 días invicto en la competición liguera. El 13 de marzo de 2016, tras caer (1-2) ante el Real Madrid, con goles de Ramos y Casemiro, comenzó una racha de casi un año. Batió al Valencia (2-1) y fue un vendaval. El 12 de febrero de 2017, ante el Sevilla de Sampaoli, se ponía fin a la dinámica poderosa del invencible (0-1). En lo referente a la Copa del Rey, dos reveses ante Valencia -en los cuartos de final, el 28 de enero de 2016- y ante el Atlético de Madrid -3 de enero de 2017-.
El éxtasis estalló ante el Granada (5-1), en la segunda jornada del actual curso liguero. Liquidar la propuesta de Jémez catapultó a los amarillos al liderato. Otro capítulo de mérito fue el empate (2-2) ante el Madrid de Zidane y Cristiano. Un agónico tanto del Chino Araujo dejó mudo al finalista de la Champions y candidato a la corona liguera. Fue el efecto partenón.
El fotograma más cruento llegó el pasado 29 de abril ante el Atlético de Madrid (0-5). En apenas 18', los de Simeone ya gobernaban 0-3. Estalló el caos. En el 72, con el cuarto de Thomas, llegó la estampida. La fuga de fieles.
Ante el Barça, Setién dijo adiós bajo un manto de lágrimas. En su catálogo de ocurrencias, su arista más sincera ante Simeone: "Haces un trabajo extraordinario; pero no me gusta como juegas".
Con el segundo presupuesto más bajo de la categoría, la UD ha convertido al Gran Canaria en su santuario mágico. Ante el Betis -9 de abril- se gestó la última alegría. El impacto del oasis del estratega de seda. Y la pesadilla de Cristiano. El templo se queda huérfano.
