El 26 de mayo de 2013, el mundo de Gabriel Barbosa empezó a cambiar. Con solo 16 años, aquel chico que había dejado el fútbol sala para dejar el cemento y pasarse al césped en la escuela del Santos, debutó de manera oficial en el primer equipo del club paulista. Casi nada.
Aquella fue la primera aparición como profesional de Gabigol en un club que entonces dirigía en el campo Neymar en su última temporada antes de marcharse al FC Barcelona. Sobre él, cuando solo era un juvenil, cayó la responsabilidad de generar un cambio de guardia con la marcha del astro brasileño al Barça. Un rol que encajó bien: en los cuatro años que pasó en la primera plantilla marcó 24 goles y regaló 12 asistencias en 83 partidos con el Santos.
Su salida millonaria al Inter, tras conquistar el oro olímpico con la selección brasileña también de la mano de Neymar, fue un paso que ha podido con él. En Italia, nunca ha encontrado su sitio. Protagonizó alguna bronca importante con Pioli e incluso llegó a abandonar el banquillo en un partido, un hecho por el que después pidió perdón.
Entre Ribeiro y Neymar
La carrera de Gabigol sigue ligada a Neymar en otros aspectos. Wagner Riberio, el hombre que fuera agente del 11 del Barça, Kaká o Robinho, es el representante del delantero del Internazionale. Este no ha sido el mejor año tampoco del representante. Y es que Ribeiro ha sido condenado a cuatro años de prisión por delitos fiscales, aunque los podrá cumplir en régimen semiabierto.
Fuera del campo Gabriel Barbosa va camino de convertirse en una celebridad rosa en Brasil. Hace unos días que confirmó su relación sentimental con la hermana de Neymar, su excompañero en el Santos y en la selección brasileña. En Brasil, Gabigol mira al futuro. Un futuro que la UD quiere que sea amarillo.
