Aunque lo acontecido en el apartado deportivo con la UD en la segunda parte de la temporada que acaba de terminar hizo que el desencanto se instalara en el entorno del equipo amarillo, los más fieles a los colores de Las Palmas no han dudado en responder de nuevo a su compromiso con el club de cara al tercer proyecto consecutivo en Primera. Nada más abrirse las puertas de la oficina del abonado en el Estadio de Gran Canaria [el horario a partir de hoy es de 10.00 a 20:00 horas de manera ininterrumpida], poco después de presentarse oficialmente la campaña de abonados del ejercicio 2017-18, los incondicionales del cuadro isleño se acercaban al coliseo de Siete Palmas.
Como apuntaba el presidente Miguel Ángel Ramírez en la puesta de largo, la masa social de la UD, esa que no necesita ni incentivos ni fichajes ilusionantes para continuar demostrando su fidelidad a los colores, respondía.
Juan Antonio León, de 67 años y socio de Las Palmas desde la etapa gloriosa "de los Guedes y Tonono" a los que seguía en directo desde su asiento del Insular, era el primero de los 139 abonados que cumplieron ayer con el trámite. Reconocía que su ilusión por la UD siempre se ha mantenido intacta, "incluso cuando estaba en Segunda B". Apunta que para él, el equipo de su tierra "es un sentimiento, una seña de identidad". Aplaude la política de cantera que se ha instaurado en el club en los últimos tiempos, porque piensa que existen jugadores de la casa que "prometen bastante" y no ve necesarios fichajes de relumbrón "porque no somos ricos".
También de los primeros en salir contentos con su nuevo abono para la temporada 2017-18 fueron Soraya González y su hijo Diego, de 9 años, quien se ha visto favorecido por las modificaciones que ha realizado la entidad en esta campaña de abonos con la ampliación de la edad en la tarifa infantil.
La progenitora, que reside en Lomo Los Frailes y tiene su asiento en la Grada Sur, felicita al presidente por esta medida, que considera "acertada y justa" y con la que el conjunto amarillo ha conseguido dos nuevos abonados, "mis dos sobrinos", Aitor y Juan Francisco.
El amor de Soraya por la UD le viene de cuando su progenitor, Francisco González Montelongo, la llevaba de pequeña a ver los partidos en el Insular. Como homenaje a él, cuando el pequeño llegó desde China en adopción hace cuatro años, no dudaba en inculcarle esa pasión por esos colores a su vástago, que juega en la cadena del Acodetti y que tiene a Kevin-Prince Boateng como referencia .
"Desde que llegó le hice abonado como un homenaje a mi padre, fallecido, porque los mejores recuerdos que guardo de él son aquellos momentos que compartíamos cuando íbamos al fútbol. Lamentablemente, él no pudo vivir los últimos ascensos", explica Soraya.
Superstición
También tiene su historia Daniel Alonso, de 17 años , socio desde hace más de una década y que acudía a cumplir el trámite acompañado de su madre Pino, otra fiel de la UD que deja la renovación de su asiento para más adelante. Tras el 21-J, cuando el Cordobazo, "vine el primer día de la campaña y, como la cosa salió bien, sigo repitiéndolo todas las temporadas".
Algunos peñistas de Las Palmas tampoco quisieron perder tiempo en sacar el abono. Uno de ellos fue Jonay Vega, integrante de la Peña Marea Amarilla, quien no se muestra del todo satisfecho con las ventajas del nuevo abono familiar, "porque no han pensado en las familias numerosas, como en mi caso". Eso sí, aplaude la decisión del club de acabar con medidas incentivadoras como la de una segunda entrada para los abonados a mitad de precio.
En el primer día de campaña renovaban sus votos con la UD el matrimonio formado por Rosa Afonso y Francisco Javier Mendoza, quienes ven los partidos juntos en la Grada Curva desde que el equipo amarillo ascendió a Segunda División.
Les gusta acudir pronto a renovar su abono "para evitar colas". Critican el pesimismo por la mala segunda vuelta. "Si esto resta abonados, no sé qué quiere la gente, porque se logró la permanencia holgadamente", afirma ella.
