El destino, tanto en el fútbol como en otros ámbitos de la vida, suele resultar caprichoso. Mañana, en el Estadio Ramón de Carranza de Cádiz, el equipo local y el CD Tenerife se juegan parte de sus opciones de ascenso a Primera División. Cadistas y tinerfeños disputan el primer round de la eliminatoria del Playoff por alcanzar la máxima categoría, añorada por ambos clubes después de muchos años sin saborearla. El que salga perdedor del doble enfrentamiento verá cómo se le esfuma el sueño; el vencedor, por su parte, tendrá aún otra batalla más para alcanzar la gloria.
En esta épica confrontación donde les va la vida tanto al equipo isleño como al andaluz, la UD tendrá puesta sus miradas en dos hombres, uno por cada bando. En ambos casos, para el club amarillo supone mostrar a dos de activos con buen cartel en el mejor escaparate posible, jugándose el recalar en la mejor liga del mundo.
Aunque uno y otro tienen contrato con Las Palmas hasta el 30 de junio de 2019, parece que encontrar un hueco en el próximo proyecto amarillo en Primera les resultará muy complicado. Al menos, ninguno lo ha conseguido hasta el momento en sus anteriores intentos por triunfar con el cuadro grancanario desde su vuelta a la máxima categoría del fútbol español.
En el caso de Alfredo Ortuño, esta temporada en el Cádiz se está destapando a base de marcar goles. El nombre del delantero figuró entre los mejores artilleros de la presente temporada en Segunda División merced a las 17 dianas conseguidas. Un dato determinante para la UD de cara a una posible venta.
De hecho, el presidente de Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, hacía unas declaraciones en referencia al jugador murciano. "Pretendemos recuperar la inversión que hicimos", afirmaba el mandatario, quien mencionaba que el club tiene el 50% de sus derechos federativos.
Cabe recordar que el futbolista recalaba en la Isla cedido por el Granada en enero de 2015. Con el ascenso a Primera, Las Palmas tuvo que pagar un millón de euros por hacerse con la mitad de los derechos, compartiéndolos así con la entidad granadina.
Pero las prestaciones de Alfredo Ortuño no convencieron a los técnicos para la máxima categoría. Así, en la temporada 2015-16 jugó a préstamo primero en el Real Zaragoza y luego en el Mallorca. El verano pasado regresaba al seno de la entidad amarilla y, de nuevo, se veía abocado a la cesión para tener minutos. Esta vez recalaba en el Cádiz, donde está teniendo una fructífera producción.
Como su compañero y mañana rival, el grancanario Tyronne del Pino, rebautizado futbolísticamente como Tayron a su llegada en enero de este año al CD Tenerife, también cuenta con un buen historial de préstamos desde que llegara al primer filial del equipo de su tierra.
Primero marchaba al Barakaldo vizcaíno en el mercado de invierno del año 2013. Tras su vuelta a Las Palmas Atlético para jugar también en Segunda B, el fino extremo zurdo realiza la pretemporada 2014-15 con el primer equipo de la UD, que militaba en Segunda División.
Pero al no entrar en los planes del entrenador Paco Herrera es cedido a la disciplina de la SD Huesca de la categoría de bronce, donde actúa durante dos campañas. Tras la primera de ellas, festeja el ascenso a Segunda y, además, siendo parte importante en este éxito.
Visto lo visto, Las Palmas decide renovarle el contrato hasta 2019, pero de nuevo vuelve a tierra aragonesas para completar una segunda campaña en las filas del cuadro oscense.
Las buenas temporadas en el club aragonés le hacen ganar enteros. Realiza la pretemporada con el primer equipo de la UD y logra convencer al técnico Quique Setién, quien le otorga un dorsal en la plantilla profesional. Aunque tenía claro que hacerse un hueco en el once iba a costarle, siempre manifestaba estar convencido de que con su trabajo le llegaría la oportunidad de debutar en Primera. Y así fue, el 28 de agosto de 2016 saltaba al césped del Estadio de Gran Canaria para disputar unos minutos ante el Granada.
A pesar de esa oportunidad, su peso en el conjunto amarillo resultaba casi anecdótico, por lo que decidió buscar más protagonismo en el CD Tenerife. Hasta que se marchó cedido en enero, jugó 191 minutos, repartidos en tres partidos de Liga y dos de la Copa del Rey.
