Dos años desde la llegada a la cima del fútbol nacional. Dos años desde que el gol de Araujo pusiera fin a una etapa de once temporadas en las catacumbas. Dos años en los que la Unión Deportiva Las Palmas ha experimentado una evolución no sólo futbolística, con sendas permanencias conseguidas con holgura, sino también económica, con presupuestos históricos que hacen prever la consolidación del club en la élite.

Desde hace 730 días el club ha vivido transformaciones en todos los niveles. De Araujo a Ximo Navarro pasando por Boateng y Jesé, de Paco Herrera a Quique Setién, de 11 millones de presupuesto a 60, de vender a comprar.

Mismo bloque

De la plantilla que logró el ascenso a día de hoy continúan hasta once futbolistas, todos ellos canarios salvo Sergio Araujo, quien tras su paso por el AEK de Atenas griego cuenta, de momento, para la próxima temporada, y Alfredo Ortuño, a quien el club tiene la intención de vender una vez finalizada su cesión en el Cádiz. Además del argentino y del murciano, permanecen los defensas David Simón, Aythami y David García, más los centrocampistas Roque, Vicente Gómez, Jonathan Viera, Tana, Hernán Santana y Momo.

Además, otros tres futbolistas que estuvieron en el ascenso podrían continuar de amarillo la próxima temporada. Son los casos de Raúl, cuya renovación sólo está pendiente de hacerse oficial, y de los hermanos Javi y Dani Castellano, que de momento no han aceptado la propuesta del club para seguir.

18 caras nuevas

Desde el regreso a la máxima categoría, la Unión Deportiva Las Palmas ha incorporado en sus filas a 18 futbolistas, nueve en cada una de las temporadas, aunque no todos han dado el rendimiento esperado. En la primera campaña llegaron Javi Varas, Pedro Bigas, Antolín Alcaraz, Javi Garrido, Nabil El Zhar, Wakaso Mubarak, Willian José, y los dos refuerzos de invierno, Ángel Montoro y Mauricio Lemos. De ellos sólo continúan Bigas y Lemos, aunque este último es objetivo de venta por parte del club.

En esta última temporada se incorporaron Míchel Macedo, Hélder Lopes, Mateo García, Tyronne -tras cesión en el Huesca- Marko Livaja y Prince Boateng, además de Alen Halilovic y Jesé Rodríguez, que llegaron en el mercado invernal. De ellos sólo Macedo, Halilovic y Prince, cuya renovación hasta 2020 se anunció antes de la última jornada de liga, tienen clara su continuidad en el nuevo proyecto de Roberto De Zerbi.

De Herrera a Setién

En los dos años del club en la élite, el banquillo también ha sufrido cambio de inquilino. El catalán Paco Herrera, el hombre que consiguió ascender al equipo después de once temporadas entre Segunda División y Segunda División B, fue destituido después de su octavo partido en la máxima categoría, tras perder 4-0 en Getafe, y cuando sólo había sumado 5 puntos de 24 posibles. Pero más allá de la escasa puntuación a esas alturas de campeonato, el drama era que no se sabía a qué jugaba la Unión Deportiva.

Para sorpesa de muchos el club fichó a un hombre que no tenía experiencia en Primera División, pero que llegó con las ideas muy claras, con el convencimiento de que la posesión del balón y el juego de ataque debían ser los argumentos principales de un estilo "innegociable". Quique Setién convenció al vestuario de que eso era posible, desterró para siempre el sistema de cinco defensas, y dio protagonismo absoluto a Roque, Jonathan Viera, Tana y Vicente Gómez, estos dos últimos casi denostados por el técnico anterior.

Con el cántabro en el banquillo, el equipo resucitó, acabó esa primera temporada en undécima posición con la permanencia conseguida a falta de tres jornadas y, sobre todo, acaparó la atención del mundo del fútbol por su juego vistoso, aunque no siempre efectivo. Setién y el club también consiguieron su objetivo este curso, sólo que antes de tiempo. Eso, unido a su anuncio -a mediados de marzo- de que no renovaría su contrato, fue el punto de inflexión que provocó la mala imagen mostrada en los últimos dos meses de temporada.

Presupuesto y caché

Los dos cursos consecutivos en Primera Divisón, más el tercero que comenzará en agosto, algo que en la Unión Deportiva no sucedía desde hace 30 años, vinieron acompañados, sucesivamente, de presupuestos máximos históricos, lo que ha permitido no sólo la tranquilidad económica de un club hasta hace bien poco en proceso concursal, sino también tener la capacidad para incluir en su plantilla a jugadores de renombre internacional como Boateng y Jesé.

De un presupuesto de 11 millones en la campaña del ascenso se pasó a 32 millones, casi el triple, producto fundamentalmente de los ingresos por los derechos televisivos, que pasaron de 2,8 millones a 25. Esta última temporada el club tuvo el mayor presupuesto de su historia, 55,3 millones, también motivado en parte esencial por el dinero recibido de las televisiones, que pasó de 25 millones a 40. Para el nuevo curso el presidente Miguel Ángel Ramírez ya ha anunciado que la partida presupuestaria rondará los 60 'kilos', un nuevo máximo histórico del club.

Sin ventas

A pesar de las ofertas recibidas por algunos futbolistas y a diferencia de lo que venía sucediendo cuando el equipo estaba en Segunda División, el club no ha vendido a ningún jugador. Si en etapas anteriores fue necesario traspasar a Adrían Colunga, Salomón Rondón, Jonathan Viera o Vitolo, según el club, para su supervivencia, ahora no necesita -también según el presidente Ramírez- realizar ningún traspaso.

Es por ello por lo que la Unión Deportiva terminó rechazando una oferta de 8,5 millones del Sevilla por Roque Mesa, y otra de unos 4 millones del Barcelona por Mauricio Lemos, ambas reconocidas por el club. En cambio, sí ha gastado en comprar o en ejercer su opción de compra sobre algunos jugadores, como son Araujo (2,4 millones), Lemos (1,9 millones), Ortuño (1,1 millones por el 50 por ciento del futbolista), Jonathan Viera (900 mil) y Mateo García (unos 400 mil).