La posición de extremo está maldita en la Unión Deportiva Las Palmas. Desde la irrupción de Víctor Machín 'Vitolo', el último en afianzarse varios años en esa zona, la UD ha fichado hasta 15 futbolistas para jugar en banda, pero ninguno de ellos, por unas circunstancias u otras, ha logrado consolidarse. Sí que lo han hecho mediapuntas que han tenido muchos minutos en banda como Jonathan Viera o Prince Boateng. La venta al Sevilla de Vitolo por 3,5 millones de euros supuso un alivio económico para el club, pero ha lastrado una posición en el terreno de juego en la que no ha encontrado un sustituto de garantías y duradero. Ha habido muchos intentos entre Vitolo -el último fijo- y Jesé y Halilovic, los últimos en llegar, pero ninguno ha convencido del todo.
Bien porque los fichajes no han dado el nivel que se esperaba de ellos, bien porque hoy en día juegan en otro lugar en el campo, o bien porque han venido cedidos, ninguno ha conseguido hacerse un hueco en las alas de manera fija. Es por ello por lo que, una temporada más, la Unión Deportiva busca dos extremos en el mercado. Sabe que cuenta en su plantilla con Momo, Mateo García, Tyronne, Halilovic, e incluso Boateng, pero prefiere apostar por dos futbolistas de banda nuevos. Momo nunca ha sido fijo en las últimas temporadas, Mateo y Tyronne es muy posible que salgan cedidos, Boateng siempre tiende a irse hacia el centro y Halilovic lo mismo, más allá de su pobre rendimiento. Salvo Momo, el resto, a los que se suma Jesé, que tampoco ha ofrecido el rendimiento esperado, todos han llegado en la última temporada. Cinco fichajes y la banda sigue sin dueño.
La campaña anterior, la 15-16, los nuevos que llegaron para ocupar los extremos fueron Wakaso y El Zhar y ninguno de los dos consiguió sobresalir, ni con Paco Herrera ni con Quique Setién. El ghanés sólo aguantó hasta final de curso después de un año en el que fue más protagonista por las tarjetas que recibía que por su juego. Mientras, El Zhar sí que contó más en la banda derecha, aunque por épocas, sin la titularidad garantizada. El curso pasado comenzó bien, con dos goles y dos asistencias en los dos primeros partidos, pero una lesión le lastró y acabó por marcharse en el mercado de invierno al Leganés.
En la temporada del ascenso, la 14-15, los jugadores que la UD fichó para las alas fueron Guzmán Casaseca y Culio, más Jonathan Viera en el mercado invernal. Sorprendió Guzmán porque, a pesar de ser un desconocido para muchos aficionados amarillos, estuvo a buen nivel y de hecho jugó 29 partidos, pero fue de más a menos y una vez conseguido el ascenso continuó en Segunda. Culio, que vino para jugar más abierto, terminó por ser un interior fundamental, pero la Primera División se le quedó grande y sólo duró cuatro meses. A Jonathan Viera se le trajo para ocupar esa posición y no defraudó, pero ha demostrado que es mucho mejor futbolista cuando juega por el centro.
La irregularidad de Nauzet
Un año antes, en la temporada del Cordobazo y ya sin Vitolo, sólo llegó el iraní Masoud, que realizó una labor muy discreta y se fue al acabar la temporada. Mejor rendimiento tuvieron los fichajes de banda en la campaña de la primera promoción de ascenso. Tato, con sus goles, aportó para esa clasificación para el playoff, pero sólo duró un año. Mientras, Nauzet Alemán, que comenzó jugando de mediocentro con Sergio Lobera, encontró su sitio en el extremo derecho durante los dos años siguientes, aunque no de manera fija. Las lesiones y algún que otro estado de forma bajo le lastraron. Ya en Primera, no contó y se marchó del club. En la 11-12 los fichajes fueron Francis Suárez, que llegó tras cesión en la Ponferradina y nunca llegó a despuntar, y Momo, que llegó en enero y sigue. La sombra de Vitolo, que debutó el curso anterior, continúa.
