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Fichajes para el recuerdo

El 'Pollo' Vidal, sangre charrúa para la UD

En tres años y medio, entre 1989 y 1992, destacó por su velocidad y entrega

El 'Pollo' Vidal, sangre charrúa para la UD

El uruguayo Daniel Alejandro Vidal Pouse, más conocido en el mundo del fútbol por Pollo Vidal, dejó huella en la UD Las Palmas aunque se marchó sin poder cumplir con el deseo de quienes confiaron en él, el ascenso a Primera División. Pero no por culpa de su trabajo, honrado y sacrificado.

Daniel Vidal (1-4-1967) era una de las jóvenes promesas del fútbol sudamericano que militaba en el Peñarol de Montevideo, equipo con el que había ganado la Copa Libertadores y que en la década de los 70 había jugado un amistoso en el Estadio Insular con uno de los mejores futbolistas charrúas de la historia, Fernando Morena, que recaló en el Valencia y en el Rayo.

La UD Las Palmas había vuelto a descender en la temporada 1987-88 y de nuevo se fijó como objetivo el retorno a Primera. El doctor Fernando Arencibia era el presidente y se confió en el técnico grancanario Álvaro Pérez para dirigir el equipo. En la temporada 88-89 se permitió un máximo de tres extranjeros y en la UD militaban el chileno Koke Contreras, el húngaro Lazlo Dajka y el paraguayo Daniel Navarro, que venía de probar con el Castilla y al que se le dio la "libertad" tras no adaptarse a la disciplina amarilla tras jugar 10 partidos y marcar un solo gol.

El equipo marchaba realmente bien, en segunda posición tras el CD Tenerife capitaneado por David Amaral, y se decidió hacer una importante inversión con la contratación de Vidal. Álvaro Pérez pedía un hombre que "juegue al fútbol, que luche y que trabaje para el equipo y, sobre todo, que se adapte a la filosofía que existe en el vestuario: camaradería, unión y compañerismo".

Un importante desembolso

Y el 26 de diciembre de 1988 publicamos en primicia que Daniel Vidal tenía un pie en la UD. Con 21 años y 1,71 de estatura era el atacante más veloz del fútbol uruguayo. Pero su coste supuso un importante desembolso para la entidad amarilla. Se habló de 400.000 dólares de la época, además del porcentaje para el futbolista y gastos.

Se definía como un delantero habilidoso, de buen manejo y se desenvolvía preferentemente en la parte derecha del campo. Era reconocido por su facilidad para poner balones de gol a sus compañeros. Le sobraba picardía y agilidad a la hora de desbordar a su marcador corriendo por la banda. Sin duda eran unas buenas referencias.

El Pollo Vidal había participado también en los últimos amistosos de Uruguay antes de las eliminatorias para el Mundial Italia 90 y corría el peligro de quedarse en su país si no salía antes de 1989, ya que en ese año los traspasos internacionales debían ser aprobados por el seleccionador, Óscar Washington Tabarez, y autorizados por la Asociación Uruguaya de Fútbol.

El futbolista había dicho el verano anterior que tenía preferencia por el Valencia, donde estaba su amigo Bossio, pero al final se tuvo que conformar con venir a un equipo de Segunda División, con mucha historia y bien conocido en Latinoamérica, que tenía aspiraciones de ascenso.

Se había dicho que había otros pretendientes como los argentinos Alfaro Moreno (Independiente), Óscar Dertycia (Argentinos Juniors) y Walter Perazzo (Boca Juniors), que también interesaban, pero en realidad el único que estaba al alcance de la UD Las Palmas era Daniel Vidal Pouse.

El 30 de diciembre se daba por seguro que Vidal sería el tercer extranjero y el 4 de enero de 1989 ya estaba en la Isla cuando Tenerife y Las Palmas ocupaban las dos plazas de ascenso directo a Primera.

La oportunidad de su vida

El Pollo Vidal se presentó en la Isla con Juan Pedro Damiani, hijo del por entonces presidente del Peñarol, José Pedro Damiani, y que desde 2008 es el máximo dirigente del club charrúa, y con Rubén Bertín, su amigo y representante, para cerrar su contratación.

"Era la oportunidad de mi vida. Soy una persona tranquila, no me gustan los problemas y lo mío es entrenar y jugar. Soy un extremo derecho veloz, encarador y sacrificado por el equipo", declaró el futbolista, que aclaró que lo del apodo de Pollo venía porque así lo llamaba su padre.

El 5 de enero pasó reconocimiento médico y el 15 de enero por fin debutó contra el Jerez Deportivo de Irulegui. Empate sin goles y escándalo arbitral de Julián Quiralte Simón. Vidal acusaba la falta de adaptación y descanso tras un elevado número de partidos con el Peñarol.

Había terminado la primera vuelta en Segunda. La UD estaba en el camino del ascenso, con Andrés y Contreras como goleadores, pero desde ese momento empezó la cuesta abajo de la UD. El 29 de enero Vidal marcó su primer gol, de cabeza, en el Estadio Insular con el Racing de Santander, pero el equipo perdió 1-3.

Los problemas ya habían empezado a surgir en el seno amarillo, los resultados fueron negativos y Álvaro Pérez fue destituido. Germán Dévora, su segundo, se hizo cargo del equipo pero tampoco logró la reacción. El 7 de mayo la UD Las Palmas quedaba sin opciones de ascenso tras perder 3-0 con el Lérida. "No sabemos dar el do de pecho", declaró el presidente Fernando Arencibia, decepcionado con el equipo, décimo en la tabla y muy alejado ya de la cabeza.

Daniel Vidal hizo lo que pudo pero también entró en la dinámica de mal rendimiento del equipo. Koke Contreras se despedía de la afición, se sufría una humillación frente al Rayo Vallecano (0-6) y se acababa la Liga con victoria en Chapín contra el Jerez Deportivo.

Ascendieron Castellón, Rayo Vallecano y CD Tenerife en la promoción tras golear en la ida al Betis, y ya se había anunciado que el ovetense Paquito García Gómez se iba hacer cargo del equipo. El atacante amarillo había jugado 17 partidos y marcado solo tres goles. La mejor versión del Pollo Vidal estaba por llegar.

En efecto, las dos siguientes temporadas justificaron la importante inversión. En la 89-90 con Paquito en el banquillo toda la temporada, ayudado por Germán Dévora, tuvo más participación y acierto: 35 partidos y diez goles.

La pesadilla de las defensas

El equipo había recuperado al defensa Gerardo Miranda tras su exitosa carrera en el FC Barcelona, con presencia en la selección absoluta. Se había ido Contreras y llegó el yugoslavo Edin Curic. Fue la temporada en la que debutó Orlando Suárez con 17 años.

Vidal fue el terror de las defensas. Era como un relámpago por la banda y no sólo hacía goles, también los daba. Pero el equipo no arrancaba del todo. Se acusaba al técnico de ser demasiado conservador. Paquito tuvo un importante enfrentamiento con parte importante de la prensa. Les acusaba de que se apoyaba más al voleibol que a la UD Las Palmas, y los jugadores estaban con él. Sabía como tratarles, había unión, pero lo que no convencían eran los resultados. La UD Las Palmas se quedó a las puertas de al menos jugar la promoción. Se perdieron puntos miserablemente y eso pasó factura.

En la temporada 1990-91 la directiva confió en Manolo Cardo, que tan buen papel hizo con el Sevilla. El objetivo siempre fue regresar a Primera, empresa dura y costosa. Y de nuevo se hicieron fichajes extranjeros, esta vez unos cuantos más. Llegó el portero uruguayo Eduardo Belza, el delantero argentino José Orlando Blanchart y más tarde los búlgaros Kostadin Iantchev y Iordan Bozdanski. Vidal cumplía su tercera temporada y continuaba Edin Curic.

En esa campaña el Pollo Vidal fue el máximo realizador con 11 goles, seguido de otro gran jugador amarillo como Alexis Trujillo, con 10, futura figura del Real Betis.

La UD de Cardo tampoco anduvo por la senda deseada. Nunca se enganchó con los puestos de arriba y el técnico sevillano fue destituido tras la 20ª jornada. Volvía al club el admirado Roque Olsen, pura sabiduría futbolística que tampoco pudo hacer nada por mejorar la marcha del equipo pese a la importante aportación de futbolistas como Daniel Vidal, aunque al menos se salvó la categoría en la última jornada, no sin dificultades.

De la gloria al infierno

La hecatombe llegó en la temporada 91-92. El empresario Gonzalo Medina presidía el club y el fichaje estrella fue el entrenador: Miguel Ángel Brindisi. Seguían como jugadores foráneos Daniel Vidal, Eduardo Belza y Kostadin Iantchev, y llegaron el argentino Sergio Daniel Ozán, el uruguayo Pepe Rey y el yugoslavo Dragan Skocic.

Una temporada calamitosa en la que el Pollo Vidal ya no tuvo tanta participación ni aportación: 23 partidos y 5 goles.

No había forma de ganar y encima graves lesiones que lastraron al equipo toda la temporada. En total se utilizaron 37 jugadores, muchos de ellos procedentes de la cantera amarilla. Y entre los lastimados el Pollo Vidal, que en marzo de 1991 se lesionó de la rodilla y cuando parecía recuperado se lesionó de la otra. Ya no pudo ser el mismo.

A todas estas, el equipo no levantó cabeza: Brindisi, Roque Olsen, Benito Joanet y José Manuel León fueron los entrenadores de ese año, que no lograron evitar que el club cayese por vez primera en su historia en el pozo de la Segunda B. Con Roque Olsen hubo un atisbo de recuperación, pero por entonces el entrenador argentino sufría una grave enfermedad y tuvo que abandonar el club, un golpe que la plantilla no pudo superar.

Daniel Alejandro Vidal Pouse acababa de forma lamentable una etapa de tres temporadas y media con la UD Las Palmas. Tenía 25 años y continuó su carrera en su país con el Peñarol y también en Argentina con el Independiente de Avellaneda y River Plate, pero el destino le tenía guardada una sorpresa, que en realidad también lo fue para todos los seguidores de la UD y, sobre todo, para los medios informativos: su vuelta al equipo amarillo en la temporada 1996-97, la del retorno a Segunda tras cuatro campañas en Segunda B.

Un retorno inesperado

En efecto, la vuelta del Pollo Vidal a la UD con 29 años de edad fue una de las numerosas sorpresas de una temporada plagada de despropósitos desde la dirección del club. Vidal y el tinerfeño Sandro fueron los que cerraron el primer capítulo de fichajes cuando ya se habían realizado nueve. Había overbooking de extranjeros con los argentinos Turu Flores, Simionato, Pico y Grande; el inglés Samways y los balcánicos Blazo, Radojicic y Randjelovic. La llegada de Vidal fue una apuesta de Ángel Luis Tadeo, por entonces presidente del club, presidido todavía por Adrián Déniz y que poco después dimitía ante lo que sucedía en la entidad.

Pacuco Rosales, el técnico que devolvió a la UD al fútbol profesional, tuvo su oportunidad. O más bien no, porque a la sexta jornada de liga lo dejaron fuera como entrenador. Se pusieron nerviosos antes de tiempo y ficharon al argentino Ángel Cappa. El Pollo Vidal fue el más aclamado a su llegada. La afición recordaba su generoso esfuerzo y eso fue lo que siguió prometiendo. "Espero aportar lo mismo en los tres años y medio que estuve aquí: trabajo, ganas y sacrificio", aseguró.

Daniel Vidal debutó mucho antes de lo esperado al no estar el Turu Flores en condiciones. Fue el 31 de agosto de 1997 frente al Almería, con empate sin goles. Desde ese momento, el uruguayo estuvo más tiempo en el banquillo que sobre el campo. Era un recambio habitual que sólo participó en 14 partidos, tres como titular y 11 como suplente. Sólo marcó un gol, en Copa contra el Almería, y fue víctima de una mala gestión.

Cappa tampoco conseguía los resultados apetecidos, el club contrató como gerente a Sabino López, un personaje siniestro que hizo y deshizo a su antojo, y así, entre otros, se fichó a dos extranjeros más, el paraguayo Arístides Rojas y el chileno Mauricio Illescas. Ángel Cappa le comunicó a Daniel Vidal que no iba a seguir en el equipo el 16 de enero de 1997, cuando ya se había enterado por la prensa. "No me lo esperaba", declaró el jugador tras recibir la "desagradable" notificación, tal y como confesó el propio entrenador argentino.

El Pollo Vidal acabó su carrera deportiva en la UD Las Palmas, mientras pocos días después era destituido Ángel Cappa y Paco Castellano tomó el relevo hasta final de esa temporada. En total se utilizaron 38 jugadores y una deuda que todavía se está pagando.

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