Un gol, 23 jugadores, dos credos tácticos irrenunciables y una UD para soñar. El cuadro amarillo, tras solo dos semanas de trabajo, comienza a dar pistas de la nueva era. El conjunto de Manolo Márquez firmó ayer tablas (1-1) ante el Marítimo en Funchal, en el primer pulso de relieve de esta pretemporada. Con el culebrón Jonathan Viera en su punto de máxima tensión [antes de la contienda, reunión de urgencia en el verde de Do Marítmo entre el '21', que mira a la Premier League, y el director general deportivo Toni Cruz], la UD brindó 45 minutos de combinación y fantasía. Pero poca pegada -solo tiró a portería en la acción del 0-1-.

Márquez dispuso de dos onces, uno en cada tiempo, y se vio obligado a recurrir al meta del filial Yosep ante la lesión de Raúl Lizoain [recibió un rodillazo en el rostro]. 23 gladiadores y de nuevo, dos sistemas, como universo táctico. Con el 4-1-4-1, en el primer acto, la UD cautivó por su prestación estética, con Vitolo, Viera, Calleri y Tana.

Ganan protagonismo, Hernán Santana, haciendo de Roque Mesa, y Alen Halilovic, que entró en el segundo acto y dejó sus cabalgadas mágicas. Como anécdota, un clamoroso penalti sobre Hernán Toledo en el último segundo, que no se pitó, ante un Marítimo con más rodaje que los grancanarios.

Tacones y la furia de Simón

A 27 días del inicio del campeonato, laten las diabluras de la doble 'V'. Jonathan Viera y Vitolo mantendrán hasta la eternidad la capacidad de dinamitar la muralla más alta del planeta. Una cuestión de ingenio. Arte en movimiento.

A esta dupla de caviar, se suma el registro combativo de Jonathan Calleri y la fantasía de Tana. Bajo esta atmósfera de talento, la UD generó la única gran ocasión del primer acto. Viera, Vitolo, Calleri y el zarpazo definitivo de Tana para dejar en evidencia al Marítimo -en el 30' tras tocar en Mauricio-.

Bastó con ese pequeño terremoto en un pulso de ida y vuelta, marcado por la agresividad y el contacto. Puro teatro.La liturgia de pretemporada. Un coñazo, y Márquez lo sabe. Y tiene toda la razón.

Tras una presentación al más puro estilo de Hollywood, con la llegada de los jugadores del Marítimo en Harley Davidson, llegó la sangre. Con el cuchillo entre los dientes, los de Daniel Ramos lucieron una presión sanguinaria.

En ese inicio de vértigo, Pinho frenó a Hernán Santana. No era un amistoso, el Marítimo se juega la gloria en unos días en su lucha por acceder a la fase final de la Liga Europa. Y había que ensayar.

Ante este rival con espinas, Márquez plantó un once de Armani. Puso en liza a todo su arsenal. Con ese ataque de fantasía que hará las delicias en el latifundio de Messi y Cristiano Ronaldo, el Marítimo se limitó a comer palomitas.

Vitolo -desde la izquierda-, Viera -en el centro- y Calleri. Respaldados por Hernán, Tana y Benito Ramírez en el costado derecho. En la retaguardia, Simón, David García, Bigas y Borja Herrera. Una UD de empaque, de enorme categoría técnica. Velocidad y precisión. Márquez, por fin, descubre sus cartas, con el de Zárate ejerciendo de Roque. A los cuatro minutos, se forjó el primer fotograma de descaro.

El internacional, el gran atractivo, superó la marca de Sen pero fue atropellado por una zaga enfurecida. Imprecisión de Tana y falta de Simón. Siete minutos de juego, y la batalla de Do Marítimo es un pulso total, en el que destaca la locomotora de Jinámar tuvo que multiplicarse. No quiere perder ni un segundo, en su cruzada por arrebatarle el puesto a Míchel Macedo.

En el minuto 13, falta lateral para el Marítimo, y Valente desperdicia ante Chichizola un tiro franco en el corazón del área. Centro de Luís Martíns y Simón despeja con autoridad. A la UD no le duraba la posesión, la doble 'V' pasaba de puntillas. Esperando el momento oportuno. Rodrigo Pinho -21'- fusila a Chichizola pero el esférico sale rozando el palo. A la media hora de juego, los amarillos firmaron una combinación letal.

El gladiador de oro Vitolo, a pase de Viera, conectó con Calleri. Tana protegió el balón con esmero y Mauricio no acertó en el despegue.

Se instauró el régimen barroco, con un baile de baile de tacones y acciones de fantasía. Vaya alarde de dinamita, pero sin remate. En el 40', un tiro de Sen que se marcha desviado. Chichizola se fue a la caseta sin completar una intervención de mérito. Nueva pérdida de Tana y el misil de Bessa fue directo a la grada. En el último suspiro del primer acto, Valente tampoco acertó. Descanso y 0-1.

En el segundo acto, mutación enel once y segunda variante táctica de Márquez [4-2-3-1]. Raúl Lizoain; Macedo, Ximo, Aythami y Dani conformaron la muralla. En la medular: Lemos y Javi Castellano. Raúl Alemán, Halilovic -derecha- y Hernán Toledo -izquierda-, actuaron en los costados. Erik, el nueve.

En el 50', la primera cabalgada de Alen. El internacional croata se marchó de tres rivales con suma facilidad y completó un pase de 25 metros a Toledo con la precisión de un cirujano. Halilovic es otro, su versión depresiva ya es historia.

Tiro de Piqueti y despeja Raúl con determinación a córner -55'-. El atacante luso aprovecha un error clamoroso de Macedo y llega el empate en el siguiente fotograma: 1-1. Pinho empuja a la red, tras varios rechaces (62'). Fue lo más justo, el Marítimo apretaba y solo Halilovic deslumbraba.

Aythami Artiles, en plan káiser, salió con el balón controlado con rigor. Pero fue Ximo, ante Picheti, con un corte prodigioso, el que compléto la acción más relevante. En el 74', Yosep entra por Raúl Lizoain, que se retiró lesionado.

El arquero del filial firmó una acción de mérito (85') ante un cohete de Cleber. Toledo fue placado por Costa en el área local pero el colegiado Roberto Santos no quiso complicaciones. Fue la única accion destacada del argentino, que sigue en otro planeta. La UD sale del cascarón y deja en Funchal sus primeras coordenadas. La doble 'V', Hernán y Halilovic. El Ferrari de Márquez ya carbura. Y promete. Llega la dictadura del glamour y el rigor. Es la nueva era.