El regreso del renacentista. Vicente Gómez es el refuerzo de lujo para la zona de creación.El pasado sábado, mientras el plantel de Manolo Márquez, ultimaba la preparación del cuarto 'bolo' ante el Marítimo, en Santa Cruz (Madeira), Vicente se ejercitaba en solitario en El Hornillo. La soledad del hombre que cautivó a Vicente del Bosque.

Acompañado por los recuperadores de la UD, cumple dos meses de baja. Lesionado de una hernia discal, fue operado en Madrid el 25 de mayo. El primer diagnóstico fijaba el plazo de baja en tres meses. "Acortaré los plazos; espero estar para el inicio de Liga. Para la primera o para la segunda jornada, pero sin prisas", detallaba el talentoso jugador del barrio de Schamann a la emisora oficial de la UD en Mogán.

El renacentista ha acortado los plazos y se le espera para la segunda fecha del campeonato, ante el Atlético de Madrid del Cholo Simeone en el Gran Canaria. Un alivio para Márquez, que tras la venta de Roque Mesa ha activado un casting para reemplazar al teldense.

En esa lista de opciones, de Hernán Santana a Javi Castellano, sin olvidar a Mauricio Lemos, la candidatura de Vicente es una garantía de éxito. El termómetro perfecto con 214 duelos oficiales de recorrido. Desde la 2010-11, de la mano de Paco Jémez, al estandarte de la era estética con Quique Setién.

Galones de presidente

En enero de 2016, antes de su lesión de hombro en Mestalla, figuraba en la lista de preseleccionados de Vicente Del Bosque. Con 50 duelos en Primera, Setién lo puso en un pedestal. Elogios y honores para el '4'. "Será un gran capitán y hasta un buen presidente para el club amarillo", valoró el ahora técnico del Real Betis, y que supuso pulir la mejor versión del artillero silencioso [suma quince tantos].

Sin vacaciones, Vicente acumula dos meses intensivos. Gimnasio, carrera continua...Los pecados de la paciencia. El 27 de agosto está fijado en su agenda. Sin forzar la máquina, sin necesidad de correr riesgos, uno de los capitanes de la UD ya visualiza su vuelta.

En el pasado curso, con Setién, fue intocable. 2.318 minutos y 29 batallas. De nuevo el aroma mágico de la Roja. Julen Lopetegui lo incluyó en la relación de futuribles de la UD. En el paquete junto a Viera y Roque Mesa, estaba Vicente. Otra medalla para este amarillo eterno, que afronta su octava temporada.

A cuatro semanas del inicio de la competición -20 de agosto ante el Valencia en Mestalla-, el renacentista no desespera. Encaja a la perfección en el nuevo dogma táctico de Márquez [el famoso 4-1-4-1].

Encaja con los poetas

En la primera fecha de la pretemporada -9 de julio-, Márquez nombró a Vicente Gómez como enlace perfecto entre defensa y ataque. Un malabarista exquisito, que retrasaría su posición en relación a su última etapa con Setién [formaba junto a Viera y Tana, escoltado por Roque Mesa en el bautizado como triángulo mágico].

El aterrizaje de Vitolo, y el encaje del último galáctico, no merma el registro portentoso y categórico de Vicente. El renacentista se adapta a la perfección al nuevo planeta táctico. Lo hizo con Lobera [goles antológicos ante Zaragoza en La Romareda o al Tenerife] y solo padeció la crueldad del silencio dela suplencia con Herrera -lo ubicó en banda y lo desechó, para darle minutos a Wakaso en la medular-.

Renovado hasta junio de 2020, sigue a la espera de una mejora ganada a pulso en el verde. Mientras la UD sondea el alta de Kranevitter, Vicente es un GPS de pases imposibles. La puerta hacia la coherencia. Oculto en un segundo plano, cuenta los días para una vuelta de cine. Arropado por el equipo médico y recuperadores, es el gran fichaje de Márquez. Elegante y de instinto letal [ahí están su goles a Osasuna o Betis], a sus 28 años, escenifica una nueva resurrección. El renacentista, en la recta final, se alista para la sinfonía tropical.