Sergio Araujo sabe que si quiere jugar en la UD Las Palmas va a tener que hacerlo fuera de su posición natural, la de delantero centro. De lo contrario corre el riesgo de convertirse en el nuevo Asdrúbal, es decir, en el tercero de la lista. De hecho, ya lo es, pero al menos tiene la posibilidad de buscarse un protagonismo en otra zona. Porque lo que ha dejado claro Manolo Márquez es que sus nueves son Prince Boateng y Jonathan Calleri. Y ante ese panorama, el Chino es el que debe adaptarse a la situación.
Es más. El catalán ya se lo ha dicho al jugador. Márquez confía en que Araujo puede rendir tanto en las bandas como por detrás del delantero. Ayer, frente al Cádiz, fue de los más destacados. En la primera parte jugó por la izquierda y en la segunda, hasta que se retiró -minuto 69-, lo hizo por la derecha, lo cual, pese a su buena actuación, no deja de ser una condena para el futbolista argentino.
El técnico destacó que el gran partido del Chino fue "mérito suyo". "Viene dispuesto a redimirse, a borrar lo último que le pasó en la Isla. Está con unas ganas tremendas, sea en la banda o sea en el centro, de nueve o detrás del punta", declaró Márquez tras el partido.
Araujo -junto a Calleri- fue el más destacado de la primera semifinal del Carranza, sobre todo en la primera parte. El argentino no sólo insistió en atacar la portería rival y en conectar con su compatriota en punta sino que también trabajó atrás y recuperó algunos balones. Y también dejó destellos de su indiscutible calidad técnica.
"Es un chico que nos puede dar mucho. Físicamente ha aguantado lo que ha aguantado porque llevaba tiempo sin competir", explicó el entrenador de la UD.
Lo cierto es que fueron los primeros minutos de verdad del Chino, que debutó en la pretemporada participando unos minutos en el derbi de vuelta de la Copa Mahou el pasado martes. Y ahí también lo hizo en la banda, en este caso, en la derecha.
Mucha competencia
El fichaje de Calleri, deseado durante tanto tiempo por el club, y la confirmación de Prince como delantero centro tras haber sido el máximo goleador la pasada temporada -10 tantos-, obligan a Araujo a desplazarse, a reconvertirse en otro jugador, toda vez que el técnico no contempla jugar con dos delanteros. De hecho, no han coincidido ni un sólo minuto en el campo durante la pretemporada.
Quizá Manolo Márquez esté pensando más allá del mes de enero, cuando Vitolo deje la UD para marcharse al Atlético de Madrid. Quizá el argentino es el candidato número uno para ocupar el vacío que dejará el grancanario a principios de año, o igual simplemente es una opción más que el catalán contempla para el ataque.
Sea como fuere, hay confianza en el Chino, que tras su paso por la liga griega ha vuelto fino, en forma y con ganas de volver a ser quien era, o por lo menos de intentar parecerse al jugador que con 25 goles fue fundamental en la temporada del ascenso.
En el AEK Atenas marcó 9 goles en 21 partidos y dejó atrás los problemas extradeportivos -dio positivo en un control de alcoholemia en enero pasado, entre otros- que tanto lastraron su rendimiento con la UD la última campaña.
Su lesión, un lastre
Tampoco tuvo suerte Sergio Araujo en el inicio de este nuevo curso 2017-2018. Al quinto día de entrenamientos, durante un partido frente al regional, sufrió una lesión en el menisco que le privó de ejercitarse junto al resto y de jugar los partidos amistosos de la pretemporada. Se le nota todavía que el físico no le da, de momento, para aguantar 90 minutos.
El presidente Ramírez confirmó antes del inicio de la preparación del equipo que el argentino no se marcharía de la UD. El máximo mandatario considera al futbolista uno de los principales activos del club y cree que todavía es capaz de aportar mucho en el campo.
Ahora sólo falta que Araujo encuentre su lugar, y de momento parece que será en una banda.
