Hace 30 años que la Unión Deportiva Las Palmas no conoce la sensación que experimentará esta noche en Mestalla (21.15 horas, BeIN Sports LaLiga). Y es que el club amarillo abrirá ante el Valencia su tercera campaña consecutiva en Primera División, entre la élite del balompié nacional, algo que no sucedía desde la campaña 1987-1988. Un dato que apunta al objetivo con el que se abre esta temporada para la UD Las Palmas: lograr una permanencia que asiente un año más a su escudo con los mejores.

Un propósito que en Valencia encuentra su primera parada. Todo con un verano de transición entre temporada y temporada que ha cambiado a la UD. Para empezar, por el jefe del banquillo. Después de que la era Setién llegara a su fin y con Roberto De Zerbi como primer candidato frustrado, Manolo Márquez cambió la banda del Anexo por la del Gran Canaria. Un salto enorme con el que el catalán debutará en el fútbol profesional.

Ese ha sido quizá el cambio más significativo en la UD durante este periodo de barbecho entre liga y liga. Ese y el que golpeó de lleno a Las Palmas esta semana: la salida por sorpresa de Kevin-Prince Boateng, que abandonó la Isla por motivos personales con la rescisión de su contrato bajo el brazo.

Precisamente, Prince no podrá volver al mismo lugar donde deslumbró por primera vez el curso pasado. La UD Las Palmas -cosas del destino- regresa al mismo lugar donde comenzó su andadura la pasada. El recuerdo, dulce: 2-4 en el marcador y día grande para los nuevos.

Cambios aquí y allá

Calcar aquello es un sueño. Pero ni UD Las Palmas ni Valencia son lo mismo hoy que hace un año. En su dicotomía particular, Manolo Márquez parece haber desterrado el doble pivote por el único mediocentro. La sombra de Roque Mesa, traspasado al Swansea, es alargada. Y en ese lugar, Mauricio Lemos, más central que seis, aparece como opción más viable para el día de hoy. Es una de las incógnitas que mantiene Márquez para un once que tiene cierta forma.

Porque en la portería, aunque Márquez ha jugado al despiste, parece que Leo Chichizola parte con ventaja. David Simón, Ximo Navarro, Pedro Bigas y Dani Castellano aparecen en la zaga; Lemos se posiciona como pivote y, a partir de ahí, las dudas. Porque Márquez no ha dejado del todo claro por quién se decantará por delante del pivote. Vitolo en la izquierda y Viera por el centro tienen el sitio ganado; después, las combinaciones.

Márquez tiene una predilección, un ojito derecho. Su nombre es Fabio González, futbolista del filial que ha completado la pretemporada con el primer equipo con un notable. Él puede otorgar ese equilibrio que tanto añora Márquez para la UD. Tana, al costado derecho al igual que sucedió en el último partido del Ramón de Carranza, se postula como titular. Por delante, Jonathan Calleri, ya sin Prince, no ofrece a día de hoy ninguna discusión.

La entrada de Alen Halilovic, de lo mejor de estas semanas de preparación, es otra opción. Su inclusión en banda arrastraría a Tana al centro. Un plan que no resulta descabellado, pero que sí contrarrestaría esa idea de equilibrio que busca Márquez con un perfil como el de Fabio González.

En la lista de convocados de Márquez para visitar al nuevo Valencia de Marcelino no están ni el sancionado Hernán -expulsado en el último duelo del curso pasado-, ni el renqueante Vicente Gómez -en la fase final de su recuperación tras operarse de una hernia en la espalda-. Junto a ellos se quedaron en Gran Canaria David García, Borja y Toledo por decisión técnica.

Así, los 18 futbolistas restantes se encuentran desde la tarde de ayer en Valencia, un lugar donde la UD espera el inicio de una nueva era. Una época donde Las Palmas quiere refundar su prestigio en la Primera División. Algo para lo que lleva trabajando ya las dos últimas temporadas. Ahora Manolo Márquez tiene el fin de seguir con esa misma voluntad.