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Sergio Araujo oposita al once en banda

El delantero argentino se abre como opción para Manolo Márquez como sustituto de Vitolo y Alen Halilovic

Sergio Araujo, en el entrenamiento de ayer, intenta librarse del lateral Michel Macedo. SANTI BLANCO

Llevaba un tiempo esperando por este momento, buscando una oportunidad para ganarse el perdón. Un exorcismo con el que liberarse de todo aquello que le hizo perder el rumbo; una liberación que tiene como su punto final el césped. Porque Sergio Araujo quiere limpiar las manchas de un expediente que apunta a cum laude y que se encargó de echar a perder en unos meses horribles. Ahora, un hueco se abre en el once y Araujo va a por él.

Las bajas de Vitolo -cedido, sin estarlo estrictamente, por el Atlético de Madrid- y de Alen Halilovic -que fue expulsado en Mestalla, aunque la UD ha recurrido su roja, pero no parece que vaya a prosperar su reclamación- dejan un hueco abierto en la banda. Un lugar donde Manolo Márquez ve aprovechable a Sergio Araujo. Y cualquier lugar, cualquier demarcación es válida para que Sergio Araujo se reencuentre con su mejor fútbol.

El pasado viernes en Valencia, el técnico catalán ya colocó a Sergio Araujo en la banda. En la pretemporada también hizo lo propio con el delantero nacido hace 25 años en la provincia argentina de Neuquén. En la banda, Sergio Araujo cuenta con su capacidad de aportar entrega y trabajo. Una condición a la que suma su notable regate, disparo lejano y llegada. Notas que le dan la condición de poder rendir lejos de su posición en el área. Volver al 'once', es una posibilidad abierta para el '10'.

Porque en la lista de alternativas que Manolo Márquez maneja para esa posición entra Sergio Araujo. Junto a él, Momo Figueroa y Hernán Toledo también aparecen. Araujo llegó a la concentración de Maspalomas en un nivel de forma excelente, de lo mejor que se pudo catar en el sur de la Isla. Fino, en su peso, marcó buenos niveles en los tests veraniegos que realizó el cuerpo técnico de la UD, comandada en esa parcela por Rafa Cristóbal. Era la mejor muestra que Araujo podía dejar de su más firme intención: soltar con el lastre que acarreaba desde la última temporada en la UD Las Palmas.

Porque la historia de Sergio Araujo en el club amarillo está marcada por dos partes. La primera, simplemente brillante, reflejada en los 25 goles que dejó en el último año de la UD Las Palmas en Segunda División. Veinticinco tantos incluyendo el del ascenso a Primera División, en el regreso de la UD Las Palmas a la elite del balompié nacional. El 21 de junio de 2015 estará siempre en Sergio Araujo. La tinta incrustada en un tatuaje que luce en su mano lo acredita.

Pero después llegaron los problemas para el ariete sudamericano. Desplazado en su primer año en la UD tras el buen nivel de Willian José, su nombre tuvo más trascendencia lejos del campo que dentro. El primer capítulo, en el 'caso Chester'. Sanción y a seguir. Porque los problemas de Araujo no acabaron ahí: se negó a pasar un control de alcoholemia de la Guardia Civil y solo unos meses después ya enjuiciado, dio positivo en un nuevo control de alcoholemia.

Su salida al AEK Atenas lo cambió todo. Con Manolo Jiménez en el banquillo, Araujo volvió a rendir. Nueve goles en 21 partidos cambiaron el rumbo de Araujo. Ahora, de vuelta a Gran Canaria, sigue por esa senda. Con más responsabilidades personales -ha sido padre recientemente-, no quiere mirar atrás. "Me cuesta mucho, pero intento hacerlo lo mejor posible", aseguró Sergio Araujo en los micrófonos de UD Radio, emisora oficial del club amarillo

"Tengo muchas ganas. Mi paso por Grecia me hizo pensar un montón de cosas. Creo que he vuelto un poco más maduro. Me ayudó un montón. Tengo ganas de volver a ser el mismo. No me cansaré de intentarlo. Tengo que volver a intentarlo, a que me recuerden así", prosiguió el delantero amarillo. Ahora tiene delante otra gran oportunidad.

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