La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El análisis y actualidad

Del adiós de Setién al abismo

Desde que el cántabro anunciara su marcha la UD Las Palmas solo suma una victoria y un empate en doce partidos oficiales

Manolo Márquez, Quique Setién y Éder Sarabia -de izq. a der.- charlan durante la temporada pasada. LP / DLP

Hay una fecha marcada en rojo en la historia reciente de la UD Las Palmas: el 18 de marzo de 2017. Desde entonces el equipo amarillo no ha logrado levantar la cabeza. Quique Setién anunció aquel día lo que ya era un secreto a voces: no iba a renovar su contrato y se marcharía a final de temporada. Quedaban diez jornadas por delante, pero los deberes estaban más que resueltos pues la línea roja del descenso se encontraba a 16 puntos. El técnico cántabro ya sufría para mantener el nivel que había dado el equipo en la primera vuelta. La nave se le había ido de las manos, y mucho más después del anuncio de su adiós. Aquella mañana, en la que Quique Setién pidió a primera hora al departamento de prensa del club que convocara de manera urgente a los medios de comunicación a una rueda de prensa en el Gran Canaria, todavía no la ha superado la UD Las Palmas. Ni el paso del verano, ni el cambio de entrenador ni las llegadas de Vitolo, Calleri o Chichizola lo han arreglado. Al menos de momento.

Es lo que ha demostrado el equipo amarillo sobre el terreno de juego. La lamentable dinámica en la que entró desde que se rompieron las negociaciones para la renovación del cántabro ha tenido continuidad en el nuevo curso. Los números son contundentes: una victoria, un empate y diez derrotas en doce partidos oficiales. Y si se rasca en las cifras goleadoras el asunto es todavía más preocupante: 10 a favor y 35 goles en contra, casi tres por partido, un obstáculo prácticamente insalvable si se quieren sumar puntos.

Manolo Márquez heredó un equipo con muchas virtudes de la era Quique Setién, pero también con muchos defectos. Y el más importantes era ese: la fragilidad defensiva. Tras más de un mes de pretemporada y dos jornadas de Liga no ha logrado remediarlo. El catalán, cuando llegó al banquillo, tenía asumido que debía combatir la falta de equilibrio. Por eso probó en algún amistoso con un doble pivote. Finalmente se decantó por mantener el 4-1-4-1 con el que la UD brilló primero y naufragó después durante la temporada pasada, en la que alcanzó el liderato tras las dos primeras jornadas, mismo tiempo en el que se ha instalado ahora en la última posición.

Los goles tempraneros

Son un calco las concesiones de esta UD y la de la recta final de la temporada pasada. Desorden defensivo, ausencia de coberturas, poca implicación de los atacantes, errores en la transición y fallos de concentración siguen a la orden del día. La derrota del sábado frente al Atlético de Madrid, con dos goles en cuestión de cinco minutos, recuerda a la del pasado 29 de abril contra el mismo enemigo. El cuadro de Simeone se plantó en el Gran Canaria con su habitual filosofía y en cuestión de 18 minutos anotó tres goles. Recibir un tanto tempranero ya fue un clásico la temporada pasada en los partidos a domicilio, y los aficionados lo revivieron el sábado con los goles de Correa y Carrasco en un suspiro.

No conoce el sabor de la victoria la UD Las Palmas en un partido oficial desde el 9 de abril, cuando goleó al Betis por 4-1 en un festival de puntería en la segunda parte. Vicente Gómez, Prince Boateng, Jonathan Viera y Jesé, de penalti, fueron los artilleros. Era la jornada 31 y la UD sellaba de manera virtual su permanencia en Primera, algo que había dejado muy encaminado en los primeros meses de competición.

Desde entonces, aunque el verano está por medio, los números son muy graves: ocho derrotas y solo un empate. Setién se despidió por la puerta de atrás, tuvo un final muy agitado y el sabor de boca fue amargo. Al equipo lo atropellaron en San Mamés, luego igualó con un Alavés que tampoco se jugaba nada y cerró el curso con cinco derrotas seguidas. A domicilio hizo el ridículo con el Leganés (3-0) y Deportivo (3-0) y cayó frente a un Sporting al borde del abismo (1-0). En casa, después del Atlético de Madrid, también fue vapuleado por el Barcelona (1-4). Antes del único triunfo de este período la UD había mordido el polvo en los feudos de Celta (3-1) y Eibar (3-1).

Ya todo había cambiado unos días antes, desde que Quique Setién se emocionó en la sala de prensa del Estadio de Gran Canaria. Fue el día después de que la UD ganara al Villarreal (1-0), mismo rival con el que empezó su etapa como técnico amarillo. Desde entonces el equipo se le fue definitivamente de las manos y entró en una espiral de la que no le ha podido sacar Manolo Márquez.

Compartir el artículo

stats