El Vietnam de Vitolo. La UD saca los cañones. Pulso judicial por el fichaje del siglo. Miguel Ángel Ramírez, presidente de la entidad amarilla, desveló ayer, en la presentación de las mejoras del Anexo de Siete Palmas -en compañía del consejero de Deportes del Cabildo Ángel Víctor Torres- que pasa a la acción. "No dejaremos que nos pisoteen", advierte.

José Castro, su homónimo del Sevilla, acumula cinco intentos de llevar a la UD a los tribunales [desde el 12 de julio, fecha en la que el extremo internacional abona los 35,7 'kilos' en la sede de la LFP y se convierte en jugador libre para defender la elástica de la UD hasta el 31 de diciembre]. El mandatario elude abonar los cuatro millones al club isleño por la salida de Vitolo, que estaba estipulado en el contrato del grancanario de junio de 2013 -el 12,5% del montante total de la operación de venta, en cualquiera de las variantes, debáa ser reembolsado-.

Con este panorama, el miércoles, desde las 21.00 horas, en el Pizjuán, el cuadro amarillo visita Nervión bajo un clima de alta tensión. "No tememos una encerrona; tomaremos las medidas oportunas (...) Esto no es fútbol regional. Encabezaré la expedición de Las Palmas".

Sin noticias de la demanda

Ramírez matiza que no ha recibido constatación alguna de la demanda del Sevilla [Castro pregona que demandará a la UD, a Vitolo, al padre del futbolista y a la agencia de representación del internacional Bahía]. "No ha llegado ninguna demanda (...) Hemos solicitado a LaLiga el arbitraje para definir las diferencias que podemos tener en el contrato".

En relación a las últimas provocaciones -en especial la de Óscar Arias, exsecretario técnico de la UD y ahora director deportivo sevillista-, responde con diplomacia: "Estoy bastante ajeno. Ellos tienen una visión, nosotros; otra. En su día [junio de 2013] les vendimos a Vitolo por una cantidad importante [tres millones de euros] y teníamos la ilusión que en un futuro se podía traspasar. El Sevilla defiende sus intereses y nosotros; lo mismo".

El ejecutivo asegura que "no hemos cometido ilegalidad alguna". "Aquí hay dos partes. Una parte es el Sevilla y la otra es la UD, Atlético y Vitolo, que no vamos por separado. Hay un proceder ajustado al derecho. Si ellos han optado por los tribunales, tendremos que explicar allí cómo y por qué sucedió todo. No hemos cometido ilegalidad alguna y lo explicaremos donde precise. A pesar de que el Sevilla pretendiese que no pudiésemos tramitar la ficha de Vitolo, jugó y es jugador de la UD".

Retraso malicioso

La UD reclamará más de cuatro millones. En la vía judicial, se irá hasta el final por los intereses de demora. "No es lo mismo haber buscado una solución para que se nos pagase de una forma diplomática, sino que si se nos mete en cauce judicial ya no son sólo los cuatro millones. Habrá una demora e intereses; entraríamos a valorar otra serie de aspectos fundamentales como la mala fe del Sevilla".

Va más allá. Ramírez denuncia la conducta perversa de la entidad de Nervión."Existió el retraso malicioso para que no tuviéramos más recursos para confeccionar una mejor plantilla y eso la UEFA lo sabe. Pero es el Sevilla el que corre el riesgo ahora de que se le pueda suspender y no pueda fichar la próxima temporada. Ellos sabrán. Llevamos hablando todo el verano para buscar una solución y ellos quieren ir a la vía judicial. Pedimos que se nos pague lo adeudado. Existe un contrato y cláusulas, la UD debe cobrar el 12,5% de cualquier modalidad de traspaso y el Sevilla no ha pagado".

Sentados en el palco

Este capítulo La ley de Los Ángeles tendrá el punto álgido el miércoles en el palco del Pizjuán. Castro y Ramírez, separados por centímetros.

"El sevillismo no se lo merece; la manera de relacionarnos siempre fue correcta. Fui yo quien negoció el traspaso con Del Nido [2013] y todo fue bastante correcto. Es el señor Pepe Castro el que con esta actitud pone en peligro la relación. El año pasado estábamos negociando por Roque, menos mal que no lo vendimos (...) No sé lo que hubiese podido pasar. Hoy es por ti y mañana por mí (...) Lo que no puede intentar es defender los derechos del Sevilla pisoteando los de la UD".

No hay divorcio institucional: "La UD y el Sevilla están por encima de Ramírez y Castro. Hay tratar de dar cierta normalidad (...) La relación es profesional y normalizada". La guerra de la 'V' es despiadada. Cruce de decibelios. Ramírez baja al barro. Toca defender el escudo.