Vitolo y la tropa galáctica de los 115 millones de euros. Los Harlem Globetrotters de Manolo Márquez. Precisión, electricidad y definición. 386 días después, la UD encadena dos victorias ligueras [1-3 en La Rosaleda y 1-0 ante el Athletic]. El penúltimo precedente hay que buscarlo en la segunda jornada del pasado campeonato, con Setién al mando, cuando los isleños eran líderes tras triturar a Valencia y Granada.
Aplastar al bloque de Ziganda atesora mérito. Los leones permanecían invictos desde el 21 de mayo. Su inicio fue un ejercicio de consistencia: 358 minutos sin recibir un tanto en las primeras cuatro jornadas. Una cifra para la historia del club de San Mamés, hasta que apareció la figura indomable de Rémy.
Con la lesión de Alen Halilovic (37'), Márquez dio entrada al puñal Tannane. Perdió por culpa del infortunio a la pieza más vertical en el tablero del partenón de Siete Palmas. En el regreso de Vitolo al Gran Canaria [jugó su último duelo de amarillo en junio de 2013], vino acompañado de la versión estelar del poeta croata. El Justin Bieber amarillo lideró un fotograma caníbal. Misil desde la frontal y paradón de Kepa. El contratiempo mermó la capacidad creativa de la propuesta de Márquez, que recurrió en exceso a Viera [que jugó con 40 grados de fiebre]. Su profesionalidad merece una estatua. Su entrega carece de límites, si está en juego la gloria.
Desde el costado zurdo -a pierna cambiada-, el internacional Vitolo agradó, aportó descaro y suficiencia. A 48 horas de la batalla del siglo en el Pizjuán [miércoles, 21.00 horas], el gladiador de oro besa el morbo. Le va la marcha.
Su compenetración con Viera [la mortífera doble 'V'] dejó fotogramas de fantasía ante la fiereza de un Athletic diabólico con Susaeta, Raúl García, Sabin, Iturraspe y Vesga como legionarios. Músculo y látigo para frenar a los estilistas.
Z 474 pases y el equilibrio
251 días después, la UD encadena dos victorias oficiales -batió al Sporting en Siete Palmas en el campeonato liguero y luego al Atlético de Madrid en el Calderón en la ida de los octavos de final de Copa del Rey en enero-. Y lo hizo, con su elenco de genios como herramientas mortales. Vitolo, Viera, Rémy, Calleri, Tannane, Vicente Gómez, Aquilani y Javi Castellano. Doce remates, tres tiros a portería, 55,1% de posesión de balón, siete saques de esquina, 474 pases y 70,5% de precisión.
Con el 4-2-3-1, como dogma táctico, los Márquez Boys encadenan dos alegrías luciendo una impronta de serenidad. La revolución del estratega de las mil variantes. Rumbo a Sevilla, la UD cautiva por su infinidad de recursos ofensivos.
Tannane, preso de su velocidad, buscó con insistencia las diabluras de Calleri -que malogró una clarísima al inicio del choque- o Rémy. La aparición de Vicente Gómez (diez minutos) dio frescura y toneladas de coherencia. El renacentista regresa de las tinieblas.Cinco meses después, se siente protagonista. Poco a poco, y en silencio. Pero su categoría es innegable. El acople del '4' es el movimiento que le falta a Márquez, en pleno éxtasis, para elevar su obra pictórica a la excelencia.
De la partitura combinativa y plástica de la era Setién, a un guión salvaje. "Tenemos la mejor plantilla de la historia de la UD", aseguró el presidente de la entidad Miguel Ángel Ramírez. Y acertó. Este equipo carece de límites, se crece ante el abismo. Aplastó al Málaga en los últimos veinte minutos con los goles de Calleri y Rémy. Anoche, le tocó de nuevo al francés, que se convierte en el agitador más letal.
La actuación de Chichizola fue encomiable -cinco paradas-. Sobre todo, un mano a mano a Williams. Ximo hizo de gigante ante los francotiradores del pánico: Muniain, Aduriz, Raúl García y Beñat. El invencible fue un juguete en las garras del dragón amarillo. El Ferrari de Márquez ya carbura. Tasado en 115 'kilos', el plantel galáctico viaja a Sevilla para vengar al gladiador.
