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UD Las Palmas La contracrónica y reacciones

Vitolo mira a la cara al infierno

El grancanario, valiente, aguanta de pie en un Pizjuán de uñas

Vitolo mira a la cara al infierno

Saque de centro. Balón largo de la defensa de la UD Las Palmas buscando el perfil izquierdo del ataque. Saltan Gabriel Mercado y Vitolo. Codazo del argentino a la espalda del grancanario. Eso, un suspiro, apenas diez segundos tardó el Sevilla en hacerle la primera falta al hombre que acaparaba todos los focos. Al nuevo enemigo del Sánchez Pizjuán. Anoche en el recinto de Nervión se jugaban dos partidos: un Sevilla-UD Las Palmas y un todos contra Vitolo. El internacional español no solo fue víctima de los pitos e insultos del público, algo esperado hasta por el propio jugador. Lo que posiblemente esperara menos es que sus excompañeros se cebaran tanto con él. Hasta cuatro faltas le hicieron: dos del lateral argentino, una de Krohn-Delhi y otra de Correa. Pero también recibió golpes de N'Zonzi, Ganso y Kjaer. Fue una carnicería que duró una hora. hasta que el jugador se marchó por unas molestias en la parte posterior del muslo derecho que le convierten en duda para la cita del domingo ante el Leganés.

Vitolo no se achantó ante la nube de codazos, patadas e insultos. Golpes de todo tipo recibió el internacional, que a pesar de no realizar un gran partido tuvo descaro ante la batalla emocional a la que se enfrentaba. Se movió por todo el frente de ataque, pidió el balón en todo momento y buscó conectar con Jonathan Viera y Tana para desbordar. Y hasta tuvo dos ocasiones, de las más peligrosas del equipo amarillo, para firmar un regreso de bandera.

Al borde del descanso tuvo hasta tres oportunidades. Fueron sus mejores minutos del atacante y de la UD. Primero un remate de cabeza tras una falta lateral que se marchó muy desviado pero que fue el preludio de las más peligrosas. Tras una carrera de Tana, que abrió al costado derecho para la incorporación de Macedo, el centro atrás del brasileño lo mandó el internacional español con la zurda lejos de la portería de Sergio Rico. Estaba en una posición franca para rematar con claridad, pero su golpeo no fue limpio. Desde esa acción ya estuvo muy condicionado por unas molestias que ya tenía desde el comienzo del choque pero que se agravaron en ese remate a puerta. Se empezó a echar la mano a la parte posterior del muslo, pero tuvo otra oportunidad bastante clara. Fue en un cabezazo a centro, en esta ocasión, de Ximo Navarro que se marchó cerca del poste. El Pizjuán respiró aliviado.

Poco antes había sufrido la segunda falta de Mercado y que significó la tarjeta amarilla para el argentino por reiteración. En esa acción se volvió a comprobar otro de los detalles significativos de este particular duelo. Y es que la UD estaba preparada para la batalla. Ya estaba dando la cara en la futbolística y también lo hizo en la psicológica. Jonathan Viera, Aythami y David García fueron los principales escuderos del internacional español. A cada golpe que recibía, allí acudían ellos como motos para presionar al árbitro y encararse con los jugadores rivales si era necesario. La UD también enseñaba los dientes. De hecho, la principal consecuencia de la falta que recibió Vitolo a los diez segundos fue una amarilla a David García por protestar.

Al descanso se marchó casi cojeando Vitolo. Momo ya estaba calentando con energía y todo indicaba que el internacional no iba regresar al campo. A nadie le hubiera extrañado porque sus problemas musculares eran notorios. Pero no eludió el infierno que le esperaba y se probó hasta que ya no podía más. Uno de los momentos soñados de los aficionados más vengativos del Sevilla se hizo realidad. La UD pide un cambio y el cuarto árbitro muestra el dorsal 20. Festival de pitos para Vitolo, palmada de Momo, palmada de Manolo Márquez y fin de su particular partido. Se marchó con la cabeza alta.

Delante de los micrófonos

Tampoco se escondió al final del duelo. El grancanario había sido asesorado para que no hiciera declaraciones desde su aterrizaje en la UD y hasta que pasara la visita al Sánchez Pizjuán. Lo cumplió, pero tras el encuentro no eludió los micrófonos. Y se sinceró.

"Me esperaba que me pitasen y demás. No es nada cómodo que te piten en la que fue tu casa. Cada uno hace lo que quiera. Yo me dedico a jugar al fútbol. Estuve cuatro años muy bien aquí y siempre le tendré un cariño muy especial al Sevilla", comenzó en declaraciones a la radio oficial del club.

"No me he sentido incómodo en el campo. En el minuto seis noté algo en el muslo, aun así intenté ayudar a los compañeros durante todo el tiempo que estuve en el campo", relato el jugador.

También le pareció normal la agresividad que mostraron hacia él sus excompañeros. "Era lo normal. Los jugadores es normal que fueran así por el aliento de la grada. Todo queda en el campo. No he visto nada raro. La grada iba en contra mía y ellos también son profesionales, quieren ganar y no me van a poner un camino de rosas", comentó el jugador.

Cerrado el mal trago, se centra en la recuperación de las molestias musculares. "Espero no estar parado mucho tiempo", sentenció.

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