La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El análisis: La retaguardia

La defensa también era un espejismo

Tras dos partidos correctos la zaga de la UD naufraga en el día del debut de Borja Herrera

Ánimo a Gran Canaria, minuto de silencio y estreno de los caballos. QUIQUE CURBELO / LP

La UD Las Palmas parecía haber recuperado el equilibrio en las tres jornadas anteriores. Frente a Málaga y sobre todo Athletic y Sevilla no completó partidos redondos, pero sí dio un paso adelante. Era la principal obsesión de Manolo Márquez. En pretemporada su principal objetivo era corregir las numerosas lagunas defensivas que había mostrado el equipo en la recta final de la temporada pasada. Al final y al cabo, en ataque la UD cuenta con tanto talento que es cuestión de matemáticas que conecten. Pero la defensa exige más trabajo.

Había evolucionado la UD, cosa que no parecía complicada, tras su penosa actuación frente al Atlético de Madrid, que fue un rodillo. Ante el Málaga encajó un gol y concedió varias ocasiones, pero la imagen fue otra. Más compacto y sólido, la UD buscó protegerse con más empeño mientras sus poderosos atacantes explotaban las dudas del Málaga.

Con más confianza encaró el duelo ante el Athletic. Lemos y Ximo Navarro como centrales debido a la baja de Bigas cumplieron con creces ante el poderoso, a pesar de las rotaciones, ataque vasco. Williams inquietó y Chichizola tuvo que parar varias, pero la UD dejó la portería a cero por primera vez desde que Quique Setién anunció que no iba a renovar. Era otro paso adelante.

Llegaba el Sánchez Pizjuán, un examen todavía más duro. Y la UD resistió. Claro que jugó con una sola dirección. Miró hacia atrás, dejó las tareas ofensivas a buscar a Jonathan Calleri en largo o a una genialidad de Jonathan Viera mientras todos los demás sudaban. El plan era sencillo, aunque difícil de ejecutar. Ocurre que en fútbol, cuando se sale a empatar se acaba perdiendo. Y la máxima se cumplió con un tanto de rebote de Navas.

El Leganés no ofrecía un examen de más nivel a la defensa amarilla, pero sí uno diferente. No debía estar concentrado en todo momento, sino en acciones puntuales. Tocaba centrarse en la salida de balón y en correr hacia atrás. Menos juego aéreo, menos contacto y mucha más velocidad. Con esas premisas recurrió Márquez a los más jóvenes, incluido el más rápido, Ximo Navarro.

El granadino y Macedo han sido los únicos que han disputado los tres encuentros de esta semana. Y se les notó porque Szymanowski y Beauvue les ganaron casi todos los duelos individuales. En el otro costado debutaba Borja Herrera, al que Márquez no consideraba apto para el Pizjuán pero sí ante el Leganés. Un estreno de menos exigencia, sobre todo al tener delante a Eraso, de un perfil más obrero que de desborde. A pesar de que su emparejamiento anotó el segundo gol, Borja estuvo bastante correcto. El único aprobado de la defensa. Cogió confianza con el paso de los minutos y en la segunda parte se atrevió en ataque, conectando bien con Jonathan Viera y Toledo, aunque no acertó en los centros al área.

El gran error de la defensa ya había condicionado a la UD. En el ataque que esperaba el Leganés para quedarse con los puntos, Szymanowski y Beauvue estuvieron mucho más rápidos que Ximo, que cuajó su peor partido desde que viste de amarillo, y Lemos. Pero es que ese dúo ganó varios duelos a toda la defensa, tanto aéreos como de velocidad. Y tras el gol y el cambio de sistema a un 4-1-4-1 tuvieron más trabajo y también sufrieron. No solo suspendió la UD en el ataque. La defensa esta vez no sostuvo al equipo.

Compartir el artículo

stats