En Gran Canaria, en pleno Halloween, nada genera más pesadillas que la UD Las Palmas. El equipo amarillo prosiguió ante el Deportivo de La Coruña (1-3) su paso moribundo por la Primera División con su sexta derrota consecutiva, una catástrofe que le hace mirar muy de cerca al infierno. Porque se mantiene en descenso y ya está a cinco puntos de su último verdugo y a seis de otros rivales directos como Girona, Levante o Getafe, unas cifras terroríficas. Todo ello con el Bernabéu en el horizonte y Jonathan Viera en la enfermería para las tres próximas semanas. Un escenario dantesco que pone en la cuerda floja a Pako Ayestarán, el técnico que más partidos ha perdido de manera consecutiva en la historia de Primera División: once.

Ni tras la victoria en Copa del Rey ni con un gol tempranero reaccionó Las Palmas. Con viento a favor tampoco corrige su rumbo la UD. Es tan frágil psicológica y defensivamente que hasta un rival en ruinas como el Deportivo le remonta y le mete tres goles. Los blanquiazules, como antes hicieron Atlético de Madrid, Leganés y Celta, conquistaron el Estadio de Gran Canaria, que se ha convertido en un chollo para todo el que pisa la Isla. De fortín a cementerio para la UD. Y es que el público se volvió a poner de uñas y tras otro triste espectáculo y otra pobre entrada señaló al palco como hacía muchos años que no ocurría.

No era para menos. El equipo amarillo había dejado escapar una enorme oportunidad de escapar de la crisis. Tras el gol de Rémy a los seis minutos se puso en manos del Deportivo, que le zarandeó primero a través de la posesión y después desde el contragolpe. El buen partido de Vicente Gómez y Vitolo, los más perseverantes, la UD se vino abajo por su pésimo sistema defensivo. El Deportivo metió tres a una zaga en la que se ahogaron especialmente Michel Macedo y Mauricio Lemos, que acabó siendo pitado por el Gran Canaria. Borges retrató antes del descanso a Macedo y después a Raúl Lizoain -que estrenaba titularidad- a la salida de un córner para certificar su doblete. El festival de errores lo concluyó el penalti infantil cometido por Lemos sobre Cartabia que no perdonó Lucas Pérez.

Y eso que Ayestarán salió con el once soñado desde el cierre del mercado de fichajes: Vitolo, Rémy y Calleri en ataque, además del recuperado Samper -primera titularidad de amarillo- acompañando a Vicente y Viera en la sala de máquinas. Atrás, el técnico vasco eligió a Lemos y Bigas antes que a Ximo, pero la gran sorpresa fue la titularidad de Raúl Lizoain por Chichizola. El gran partido del de Escaleritas en Copa dejó en la cuneta al argentino, cuyo notable inicio de temporada no ha compensado sus últimas malas actuaciones.

El comienzo de partido no hacía atisbar su desenlace. La UD salió muy segura de sí misma tras la justa victoria en Copa del Rey ante el mismo rival. Un tempranero remate de Michel Macedo al lateral de la red fue el aviso. Por la misma banda y dos minutos después Jonathan Viera se anticipó a varios rivales y asistió a Rémy, que se metió hasta la cocina y le coló el balón a Pantilimon por el único hueco que había: debajo de sus largas piernas. El francés define como nadie en esta UD.

Pero el mismo factor psicológico que había impulsado a los amarillos de inicio se volvió en su contra a los diez minutos. Fue lo que duró Jonathan Viera en el campo. El de La Feria había jugado noventa minutos en Copa y sus músculos dijeron basta muy pronto, otra equis en el debe de Ayestarán, que dejó noventa minutos en Copa al amarillo con más kilómetros esta temporada y al faro del equipo. Entró Tana, que pasó de puntillas y la UD ya no fue la misma.

El desastre de Macedo y Lemos

El Deportivo exprimió el golpe y empezó a entrar por todas partes, sobre todo por el costado de Bakkali, que se merendó a un Michel Macedo desconocido y sin la cobertura de Lemos. Los de Cristóbal Parralo se adueñaron de la pelota y empezaron a hacer sudar a la defensa y a Raúl Lizoain. Un centro de Juanfran que se marchó al palo tras tocar en Vitolo fue el acercamiento más peligroso de los gallegos hasta que el ex del Sevilla, con un mal remate a centro de Calleri, y Vicente Gómez, con una volea al larguero tras un despeje de Pantilimon, despertaron a la UD.

El ´4´ de la UD cogió el brazalete y con ello el liderazgo del juego amarillo. Completó su mejor partido de la temporada sosteniendo a un equipo frágil sin balón. Vitolo compartió con el de Schamann los galones que había dejado Jonathan Viera, pero la UD seguía de brazos caídos en defensa y el Deportivo creaba peligro con muy poco. Para lograr el merecido empate le bastó a los de Cristóbal un centro de Fede Cartabia y la llegada desde atrás de Borges, un tanque que no encontró oposición entre Macedo y Samper.

El partido era un ida y vuelta y antes del descanso tuvo más el Deportivo con remates de Lucas y Cartabia. Y también la UD, que lo rozó en un disparo cruzado de Vitolo que salvó Pantilimon. Desde la lesión de Viera los amarillos gozaron de ocasiones, pero el partido era siempre del Deportivo, más sólido en el centro del campo, con las ideas más claras y mayor posesión de balón.

El descanso no cambió nada el guión y era cuestión de tiempo que el Deportivo volviera al área. Lo hizo en el enésimo eslalon de Bakkali al que respondió Raúl con una gran estirada. Pero en el córner el portero cantó y no salió a un centro que remató Borges en el área pequeña. La defensa también le puso la alfombra ya que al mejor cabeceador de los gallegos estaba emparejado con Dani Castellano.

El desastre defensivo lo completó a veinte minutos para el final un empujón de Lemos a Cartabia totalmente innecesario. Lucas Pérez no falló en la pena máxima y la UD se convirtió en cadáver. El empeño de Rémy, Vitolo y Calleri, que mandó un remate al lateral de la red, no levantaron a un equipo que hizo el mejor homenaje posible a la noche de los muertos.