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Real Madrid-UD / Un banquillo caliente

La última oportunidad de Pako

La trayectoria del vasco en la UD Las Palmas, desastrosa hasta ahora, afronta su sexto episodio con todo en contra

Ayestarán, en el Estadio de Gran Canaria. QUIQUE CURBELO

Un ultimátum en el Santiago Bernabéu. Así de oscuro es el futuro de Pako Ayestarán como entrenador de la UD Las Palmas. El club amarillo, a pesar de ratificarle a comienzos de semana tras una dura derrota frente al Deportivo, ya busca posibles sustitutos en el mercado en caso de que se imponga la lógica esta noche en el Paseo de La Castellana. Su trayectoria de amarillo no puede ser, al menos de momento, más catastrófica. Tras solo cinco partidos afronta el sexto como un examen final. La victoria en Copa del Rey en Riazor no compensa en absoluto sus cuatro derrotas en Liga, que se suman a las dos anteriores de Manolo Márquez para firmar una de las peores rachas amarillas en la historia.

Pero Ayestarán no cree que la situación sea tan dramática. "Esta posición no es buena, pero si el objetivo es la salvación no es tan complicada", aseguró tras una racha de seis derrotas seguidas en Liga, con el equipo en puestos de descenso y tras encajar 15 goles en sus cuatro partidos dirigidos en Liga, lo que hace un promedio de casi cuatro por encuentro.

La receta que da el técnico para salir adelante es un tópico. "Lo que nos va a sacar de esta situación es estar focalizado en la tarea y dar el máximo. Tenemos más energía, más ilusión y más convicción que nunca de que vamos a salir de esta situación. Tenemos que ser capaces de que los jugadores se focalicen sobre todo en que cada día, cada uno dé lo máximo de sí. Y con eso seguro que salimos", afirmó en un capítulo más de sus ruedas de prensa tan vacías como alejadas de la realidad.

Es ese discurso sin chicha, con poca autocrítica y falto de personalidad y carácter uno de los motivos por los que no ha conectado con la afición. No es solo una cuestión de resultados. No transmite el técnico vasco, que recurre a los clásicos del fútbol con demasiada frecuencia. "El tema de los sistemas depende de tus jugadores y del nivel de forma que tienen. Vamos a dar respuesta a la situación que tenemos nosotros, no tanto al rival que tenemos enfrente", contestó sobre si se estaba planteando saltar al campo con una defensa de cinco hombres.

El vasco, además, convocó a Loïc Rémy a pesar de admitir la pelea del internacional francés con Tannane del pasado jueves y justificó el incidente explicando que es algo normal que dos amigos lleguen a las manos. Considera que la baja de Jonathan Viera "no afecta", a pesar de que el de La Feria ha sido el mejor jugador del equipo durante esta temporada.

Mantuvo el mismo discurso evasivo cuando fue preguntado sobre la disyuntiva en la portería: "La diferencia que debemos tener los técnicos con el público en general y con los medios de comunicación, porque al final somos estamentos diferentes, lo que nos tiene que guiar es la estabilidad de criterio", comenzó sin mencionar el rendimiento de Raúl Lizoain y Leandro Chichizola.

"Los jugadores no pasar de ser buenos a ser malos, los jugadores o son buenos o son malos. Pueden pasar un bache de forma, entonces los cambios no se pueden producir de forma caprichosa o por el rendimiento de un partido", continuó el técnico, que ha tomado decisiones en estas semanas como las de pasar a Ximo Navarro o a Pedro Bigas de la grada al once titular, y viceversa.

Su discurso no ha calado en el vestuario y se encuentra cada vez más acorralado. Es la última oportunidad de Pako Ayestarán.

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