La fe ciega de Alen Halilovic. Triunfar de amarillo, una obsesión. El extremo internacional croata analizó este mediodía su situación física, tras lesionarse ante el Athletic Club de Bilbao y pasar por el quirófano de su dolencia en el tobillo izquierdo, lo que dejará en el dique seco hasta enero. "Tengo ganas de empezar cuanto antes; solo pienso en correr y trabajar más. Pero todavía me queda mucho y no me dejan hacerlo. Todo va bien (...) No voy a empezar a jugar en 2017, sino después de Navidades".

Reconoce que el percance -el pasado 17 de septiembre- le llegó en su mejor momento en la UD [llegó en enero de 2016]. "El 2018 es muy importante; empecé muy bien la pretemporada y en los primeros partidos fui titular. Fue mi mejor periodo en Las Palmas pero esto es fútbol, las lesiones cada día le pasan a algún jugador. Quedan más de 20 partidos y tengo la selección. Para un jugador que tiene 21 años quedan muchos partidos". Solo contempla seguir de amarillo, tras la finalización de su cesión en la UD, lo que implicaría el pago de cinco millones de euros al Hamburgo alemán, que posee los derechos del atacante: "El club me ayuda mucho, confía en mí. Hablo con los técnicos y directivos (...) Todos confían mucho en mí. Estoy muy contento y tengo ganas de seguir y jugar aquí".

En relación al pulso de este domingo ante el Levante UD, se desmarca de la corriente de opinión que valora que se trata de una finalísima por la salvación. La UD encadena siete derrotas consecutivas y ya marcha penúltima en la tabla tras once jornadas de competición: "Siempre es más difícil cuando estás fuera y no puedes ayudar. Creo que ante el Levante no es un partido clave, es importante pero quedan muchos encuentros. Estas dos semanas sin jugar nos han ayudado para prepararnos".

Desvela su frustración e impotencia por no poder estar con sus compañeros: "Sé que podía dar más y empecé muy bien la pretemporada [fue indiscutible para Manolo Márquez]. Tenía más confianza que el año pasado y conozco más a los jugadores. Pero creo que queda mucho; soy un jugador joven y tengo la segunda vuelta. Los primeros diez días no estaba bien mentalmente, hablé mucho con mi familia y ellos me ayudaron. Es un año importante para mí y tenía ganas de demostrar lo que puedo hacer. Los primeros seis meses en Las Palmas no fueron tan buenos [llegó junto a Jesé Rodríguez no estuvo a la altura]. Hay que seguir y curar este tobillo".

21 partidos y tres asistencias

De menos a más, el rol de Alen Halilovic fue determinante al inicio de este curso. Pero fue expulsado en Mestalla -primera jornada- y lesionado por Raúl García -centrocampista del Athletic Club de Bilbao-. Con una distensión del ligamento sin lesión ósea en el tobillo izquierdo, fue intervenido en Madrid el pasado octubre. En enero, tendrá el alta médica. Desvela que el futbolista del club bilbaíno se disculpó por la patada. "Me llamó, me mandó varios mensajes. Quiero darle las gracias, es un profesional. Después del partido las dos primeras llamadas fueron de mi familia y la tercera fue de él. En el deporte las lesiones son normales (...) Ahora estoy tratando con 'fisios' y en el gimnasio hago algún tipo de trabajo. La próxima semana puedo empezar a andar y correr en la piscina. En dos semanas puedo empezar a correr".

Asegura, que a sus 21 años, se trata de la patología más grave de su carrera: "Fue mi lesión más grave. Nunca antes me había operado. Estuve en Madrid con el doctor Van Dijk, es uno de los mejores para el tobillo". Y abre la puerta al histórico hecho de jugar el Mundial de Rusia 2018: "Jugaron muy bien [en relación a la eliminatoria de repesca con Grecia] y estoy muy contento. Creo que si juego muy bien la segunda vuelta en Las Palmas podría ir al Mundial. Quiero ayudar a la UD pero también quiero trabajar para ir al Mundial".

En relación a la crisis amarilla, insiste que la clave reside en dinamitar la dinámica negativa: "Cuando pierdes uno o dos partidos todo es más difícil. Tenemos un muy buen equipo y jugadores, sólo faltan uno o dos partidos en los que se gane o se logre sumar un punto. Todo va a llegar, lo más difícil es coger este primer punto cuando pierdes. El Levante es un equipo fuerte que defiende muy bien, pero tenemos nuestro estilo y vamos a ganar". Defiende el trabajo de Pako Ayestarán: "Habló conmigo antes de la operación. Me gusta su profesionalidad, habla mucho conmigo. Habla inglés y podemos entendernos más. Es muy buena persona. Como entrenador no lo conozco porque he estado fuera (...) Yo le veo con confianza de jugadores y club. No es siempre culpa del entrenador. Hay que entrenar a tope y si estamos al cien por cien siempre todo va a salir en el campo. En este equipo no necesitamos a un Mourinho, sólo entrenar en el campo".

No ve un clima de alta tensión. Bajo el pánico, la UD respira calma. "Hablan mucho del partido. Lo preparan muy bien y todos saben que significa mucho. Dentro del vestuario todos están muy tranquilos; disfrutan del fútbol. Lo más importante es disfrutar del fútbol, competir con una sonrisa y saber que todos podemos sacar esto juntos".