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El movimiento de la discordia

El cambio de la discordia

La grada explotó contra Pako Ayestarán en el momento en que sacó del terreno de juego a Jonathan Calleri cuando su equipo ya perdía

El cambio de la discordia

Las Palmas ya perdía por un gol en el marcador cuando Pako Ayestarán se animó a mover el banquillo. En ese baile de fichas donde se presuponía un movimiento arriesgado, una jugada con la que intentar ir a por el partido, rascar un punto o cualquier otra cosa que no fuera perder, a Ayestarán le pareció una buena idea jugar sin delantero centro. Y es que en ese momento, cuando la tablilla de los números se alzó al cielo de siete Palmas, el '25' se iluminaba en verde y el '9' aparecía en rojo. Lo que venía a decir que entraba en el terreno de juego Alberto Aquilani y se iba Jonathan Calleri. A su vez, Javi Castellano también salía del campo para dar entrada a Löic Rémy.

Con 0-1 en el marcador y con menos de 15 minutos por delante, la solución de Pako Ayestarán para remontar el partido fue jugar sin delantero centro. Ese cambio liberó a los centrales granotas que se quedaron con Jonathan Viera de 'falso nueve' como máxima referencia ofensiva de la UD. Porque Löic Rémy, el máximo goleador de la UD Las Palmas esta temporada, fue colocado en el costado derecho del campo con la intención de encarar por banda. La reacción del público al cambio fue unánime. Las manos a la cabeza, los pañuelos blancos -léase bolsas de plástico- y la pitada que atronó al técnico guipuzcoano no creían lo que veían: Jonathan Calleri se, la boya ofensiva de Las Palmas, se había ido del campo.

En la cabeza de Pako Ayestarán aquello parecía una buena idea, una buena forma de conseguir enderezar la situación. En la práctica, la UD recibió el segundo gol y se quedaba sin ninguna capacidad para voltear el marcador. Un ataque de 'genio' que acabó en desastre. Porque la UD no tenía ya ni tiempo ni posibilidades en el banquillo con las que otorgar más 'punch' a un ataque que ya anda mermado de serie. Con solo ocho goles en 12 jornadas, la UD demuestra que tampoco posee una pegada en ataque como para cubrir sus vergüenzas en defensa.

"Realmente cuando la gente empezó pitar pensé que era a mí, después entendí cómo era la situación. Son las decisiones del técnico y uno tiene que tratar de avalarlas y de comprenderlas. Él toma las decisiones. Uno tiene que estar concentrado en lo suyo. Él es el mandamás, el que dice quién sale y entra al campo", comentó Jonathan Calleri en la zona mixta tras el partido.

Un cambio que, a ojos de la grada, volvió a dejar en evidencia a Pako Ayestarán, su método y sus decisiones. El segundo gol del Levante desató una tormenta de pitos de un Estadio que empieza a buscar responsables de la deriva de la UD Las Palmas más allá del banquillo. Pero en la banda, también tienen claro cuál no es la solución: Pako Ayestarán, un técnico que casi dos meses después de su llegada a la Isla aún no ha aportado nada fresco a un equipo que está muriendo lentamente.

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