"Está cerrado. Me voy pa' China viejito". Jonathan Viera Ramos, de corazón y sangre amarilla, padeció el pasado sábado ante el Sevilla en el Gran Canaria su segunda despedida del universo UD. No lo ocultó. Se lo desveló a cada compañero de vestuario que le cuestionó por el culebrón de la operación dragón.
Quiso brindarle al partenón la última bandeja de caviar. Gotas de perfume de una fragancia exclusiva. No fue su mejor actuación. Y estalló la derrota (1-2) ante el Sevilla de Roque Mesa, igual que en mayo de 2012, cuando ya había sido traspasado al Valencia -por 2,5 millones de euros- y Romario se midió al Cartagena: 1-2. En aquella ocasión lo hizo con el brazalete de capitán que le concedió David García. Un viernes, en la disputa de la 38ª jornada de Segunda División, con el inmortal Momo de realizador (minuto 14 en el primero de la noche).
Las dos despedidas de Viera. En la primera, con 22 años, lideró el frente ofensivo del conjunto de Juan Manuel Rodríguez. Estuvo respaldado por Portillo, David González, Momo y Francis Suárez. Vitolo y Vicente saltaron al césped del Gran Canaria en el segundo acto.
Raimondi, en el 64' y 87', escenificó la remontada y se instaló el silencio. No hubo ovación, ni pancartas.Se marchaba a Mestalla el último prototipo de jugador de barrio. Canchero, pillo, técnico y plástico: 15 goles, 43 partidos. Juan Manuel perdía al poeta, que estuvo cerca de recalar en el Granada, pero ya tenía un pacto con los 'ché'.
Un año más tarde (2013), Vitolo fue traspasado al Sevilla por tres 'kilos', y la doble 'V' cruzaba el Atlántico. En julio de 2017, se reencontrarían en la pretemporada con la UD de Manolo Márquez en el Hotel Cordial Mogán. Vitolo le abrió los ojos a Viera, que cambiaba de agente: firmaba por la agencia lusa ProEleven. Su asesor personal, Iván Cristovinho, jugó otro papel crucial en la universalización del '21'.
Tras marcar 17 goles en dos campañas en Primera de amarillo, Romario era una golosina. Lluvia de propuestas multimillonarias: de China al Leicester de la Premier. El Beijing Sinobo Guoan se cruzaba en el camino de Viera, que había regresado a la Isla en diciembre de 2014 del Standard. Subió a la UD y la dejó en el cielo de Primera.
A falta del anuncio oficial, Viera es jugador del Beijing. Y lo es desde hace más de una semana. En la previa del UD-Sevilla, se repite el protocolo del pánico. Marcharse con una victoria. Dejar a la galaxia de Jémez lejos de la guillotina del descenso. Pero no sale el partido.
La frase de Arias
El exdirector deportivo de la UD y actual responsable del área de fichajes del Sevilla, Óscar Arias, tuvo una frase cariñosa con Viera en las entrañas del estadio: "Te lo mareces, llévame contigo". Pero fue con Guerrero, asistente en la dirección deportiva hispalense y exjugador de la UD, con el que tuvo el mayor gesto. Le regaló su segunda camiseta. La primera se la intercambió con Roque Mesa al término del duelo.
Pero fue a la hora de posar con los gráficos, cuando la presencia de su hijo Enzo y hermano Ismael rompió el protocolo. La última imagen con sus compañeros de batallas. Fotograma de un cambio de ciclo. Adiós a Viera.
Pero fue la conversación con Roque Mesa, tras la lid, el fotograma que quedará para la posteridad. Ahí bailan 33 millones. En el Wall Street del balón, Ramírez se ha ganado la condición de negociante de acero. Pero en este curso, lluevan las despedidas. Prince, Viera...Vuelan las estrellas de un vestuario que pierde a su estandarte. De La Feria a Pekín. La travesía de la magia. ¿Quién ejercerá de Romario en la era del pantalón del camuflaje? El monarca señala a Tana. Es el relevo al volante del Ferrari amarillo.
