"Si lo hemos hecho contra el Barça, por qué no vamos a hacerlo contra el Madrid". Esa fue la última frase que Paco Jémez pronunció durante la entrevista publicada por este medio el pasado viernes. Lo que vino a decir el técnico de la UD es que conseguir un resultado positivo ante el campeón de Europa el sábado (17.30 horas, beIN LaLiga) es posible porque ya tienen el ejemplo de haberlo logrado ante el líder hace casi un mes en el Gran Canaria. Entonces, Las Palmas y Barcelona empataron (1-1) en un partido en el que los amarillos demostraron, sobre todo, orgullo y actitud, pero en el que también se beneficiaron de que su rival no estuvo a su nivel habitual.

Porque el éxito ante un equipo de los grandes siempre tiene como premisa que este no tenga su mejor día y que, en definitiva, influyan al mismo tiempo una serie de factores que hagan posible el milagro. Aquel Barcelona, sin Jordi Alba por sanción, ni Piqué ni Rakitic -entró en la segunda parte- por rotación, no estuvo fino ni demostró su enorme poder ofensivo, quizá porque pensó más en el siguiente encuentro contra el Atlético de Madrid que en el que tenía delante. Sólo un tiro a puerta en la segunda parte es el dato que lo refleja.

Solidez y agresividad

A ello también contribuyó un árbitro, Mateu Lahoz, que pudo haber expulsado a Chichizola en la última jugada de la primera parte por una mano fuera del área y que pitó penalti a favor de los amarillos todavía no se sabe bien por qué. Pero también ayudó el buen hacer de la UD, que se mostró sólida y agresiva como nunca en toda la temporada. Más que por fútbol, empató por carácter, como suelen hacerlo los equipos que arrebatan puntos a los grandes.

Por eso Paco, que había perdido los ocho partidos que había disputado frente al Barça cuando era técnico del Rayo Vallecano, tiene como primera opción repetir el 'once' que le permitió sumar su primer punto ante los azulgranas, para lo que deberá realizar cinco cambios con respecto al último compromiso contra el Dépor e incluir a Gálvez -vuelve tras sanción-, Tana, Etebo -duda por lesión-, Dani Castellano y Jairo.

Estos dos últimos se lesionaron precisamente en el choque ante los de Valverde y no han vuelto a jugar. Ese día, Paco colocó por primera vez a Aguirregaray en el lateral derecho, su posición original, y a Dani en el izquierdo, por lo que el sacrificado fue Macedo. La apuesta le salió bien. El Clavagallinas profundizó por la banda como no lo había hecho hasta entonces porque por fin no se vio obligado a recortar siempre y, además, se mostró sólido como casi siempre atrás.

El cántabro, por su parte, tuvo una nueva oportunidad en el equipo inicial y cumplió, sobre todo en la faceta defensiva: bajó una y otra vez para defender las subidas de Sergi Roberto. Ese día también estuvieron en el centro del campo Etebo y Tana, junto a Vicente, que hizo de pivote. El nigeriano, que espera superar sus molestias, volverá al equipo salvo imprevisto y el canterano haría las veces de interior después de su suplencia en Riazor.

Toda vez que el experimento ante el líder fue positivo, Paco medita repetirlo ante el Madrid, que tiene las bajas de Carvajal -sancionado- y Achraf y previsiblemente hará rotaciones ante la inminencia de la Champions. En cualquier caso, la receta de la UD para conseguir puntuar ante el gigante de Europa pasa por calcar su actitud.