Pobre Unión Deportiva Las Palmas. Ha dejado el Estadio de Gran Canariatan vacío como llenas se encuentran sus arcas. En esa contraste se mueve un club que ha decidido poner la directa hacia el abismo. Con el descenso virtual certificado en el campo del Levante el equipo amarillo se arrastra con una nueva derrota -ante la Real Sociedad (0-1)- por la Primera División en medio de la impotencia de unos jugadores que no dan para más, del desprecio de su gente -solo acudieron 10.531 personas- y de la desaparición del palco de su dueño y máximo responsable, Miguel Ángel Ramírez. Se perdió el presidente un panorama desolador, una tristeza sin igual que sirve como reflejo más fiel de una temporada patética.

Tan desastroso guión tuvo continuidad con una derrota sin paliativos frente a una Real Sociedad muy superior a pesar de jugar sin alicientes. El partido sirvió para demostrar una vez más el poco nivel de un equipo que anduvo perdido durante la primera hora, dedicando más tiempo a perseguir sombras que a manejar el balón. El equipo donostiarra fue infinitamente mejor y debió salir de la Isla con una buena goleada. Solo su mala puntería y la espectacular actuación de ChichizolaDe los nueve remates a portería que recibió en la primera parte solo encajó uno, el de Oyarzabal a los veinte minutos en un mano a mano. Un gol que se fundió con la pitada que tenía previsto un sector del público como medida de protesta hacia la gestión de la temporada. Así que los de Imanol Alguacil dejaron con vida a la UD, que en el tramo final apostó al doble o nada y rozó el empate con ocasiones de David García y sobre todo de Jonathan Calleri, que sigue negado.

Con el descenso virtual ya firmado quedaba por ver si el equipo de Paco Jémezcreía en las pocas opciones matemáticas que le quedaban por delante. Y la duda quedó contestada desde muy pronto. Con una actitud fría y sin pasión ni rabia, el plantel de Jémez dejó claro que no lo veía posible. Tenía por delante a una Real Sociedad totalmente renovada con Imanol Alguacil. En sus dos partidos al mando había destacado como un equipo que cedía la posesión, lo opuesto a la era de Eusebio Sacristán. Sin embargo, ante la UD recuperó los acordes que le llevaron a Europa, los de un fútbol vistoso. Con Illarramendi y Zurutuza marcando el norte el cuadro vasco dio un meneo a Las Palmas desde el minuto uno. Los amarillos no sabían cómo responder a sus posesiones largas. La presión alta no funcionaba.

Una jornada más Erik Expósito ejerció de referencia, relegando a Jonathan Calleri al banquillo. Pero la principal novedad en el once fue la presencia de Tana El de San Cristóbal ocupó el lugar dejado por la lesión de Momo pero se alineó en la mediapunta y fue Ezekiel el encargado de moverse por el extremo izquierdo. Así, la UD salió al campo con un 4-2-3-1. El otro cambio, en este caso por la sanción de Gálvez, fue el retorno de Ximo.

Lluvia de ocasiones vascas

Poco tardó la Real Sociedad en poner en aprietos a Chichizola. Tras unos diez primeros minutos sin áreas una cabalgada de Januzaj inició el asedio sobre la portería amarilla. El meta argentino respondió con un paradón al remate del belga, que se había ido de Ximo con una facilidad pasmosa. A partir de ahí el monólogo de la Real Sociedad también tuvo lugar en el área de la UD. Kevin Rodrigues, Canales y Willian pusieron a prueba a Chichizola mientras el resto del equipo local se dedicaba a contemplar el paseo. Muy fácil lo tuvo la Real. Con ese guión era cuestión de tiempo que los vascos se pusieran por delante. Y llegó en el minuto 21, justo cuando el público tenía preparada su protesta. Illarramendi, con todos los espacios del mundo, habilitó el desmarque de Oyarzabal a la espalda de un despistado Ximo. El internacional español controló con la cabeza y batió por abajo a Chichizola, indefenso en el mano a mano. El tanto se fusionó con los pitos para darle todavía más melancolía a la tarde amarilla.

El gol no alteró ni la frialdad de la UD Las Palmas ni el ritmo pausado y dominante de la Real Sociedad. Así, Chichizola frenó el segundo al frenar con el pie un remate de Oyarzabal. En el rechace Willian José no llegó a culminar por poco.

Mientras Chichizola se agigantaba no había noticias de la UD en ataque. Sin señales de Tana y Erik y con Halilovic individualista, solo el ímpetu de Etebo y la velocidad de Ezekiel hacían cosquillas a la defensa de la Real, pero no eran suficientes para rematar a puerta. A la media hora Jémez tiró a banda derecha a Tana y situó en la mediapunta a Halilovic. No funcionó.

La Real Sociedad seguía a lo suyo, con las ideas muy claras y fallando ocasiones. Otro remate de Oyarzabal despejado por Chichizola, un despeje de David García ante Illarramendi, otra de Chichizola a cabezazo de Raúl Navas y, la más clara, un disparo con la derecha de Januzaj que frenó también el meta argentino convertían el 0-1 en un milagro. En el otro área un tiro a las nubes de Etebo era el pírrico balance.

En la reanudación dos disparos lejanos de Tana y Etebo significaron un paso adelante para la UD. La Real Sociedad respondió con un remate de Januzaj buscando la escuadra y el duelo se equilibró. Visto que el marcador seguía abierto Jémez fue fiel a sí mismo y se la jugó. Metió a Calleri por Aguirregaray y el partido se convirtió en una ida y vuelta. Una internada de Halilovic, un despeje de David García, un tiro cruzado de Oyarzabal y otro paradón de Chichizola, esta vez a cabezazo de Raúl Navas dieron electricidad al encuentro. En esas la UD tuvo la más clara con un centro de Halilovic tras una exquisita pared con Erik Expósito. El croata mandó el balón muy fuerte y Calleri lo cabeceó a las nubes en boca de gol. El argentino repitió lo de la semana pasada contra el Levante.

Jémez reclutó entonces a Nacho Gil y Jairo, que entraron por un Tana que fue pitado y por Ezekiel, aplaudido tras ir de más a menos en el partido. Se sintió la UD más cómoda a pesar de jugar a la desesperada con un 3-1-4-2. Agirretxe falló a puerta vacía pero los amarillos jugaban en campo contrario y las dos últimas ocasiones llevaron su sello. Y ambas a balón parado. Una fue de nuevo de Calleri -a un córner muy bien puesto por Nacho Gil- y la siguiente, a dos minutos para el final, de David García tras una falta lateral.

No lo merecía la UD, que fue valiente después de que la Real Sociedad fallara mil ocasiones para sentenciar por la vía rápida. Un capítulo más de una temporada penosa y un anticipo de la lenta agonía que le espera a los amarillos hasta final de temporada.

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