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UD Las Palmas 40º Aniversario de la final de la Copa del Rey

Siempre con el corazón amarillo

Miguel Ángel Brindisi fue el autor del único gol de la UD Las Palmas en la final del Bernabéu

Brindisi junto a Johan Cruyff hace 40 años en el Camp Nou. LP / DLP

"¡Qué duda cabe que es todo un orgullo haber formado parte de ese momento histórico en la existencia de la UD Las Palmas!", señala Miguel Ángel Brindisi desde el otro lado del charco, en su Buenos Aires natal, al recordar la final de Copa del Rey disputada frente al Barcelona en el Santiago Bernabéu cuarenta años atrás.

"¡Mirá, che! De esto te puedo estar hablando muchísimo, horas, porque los recuerdos son muchos. Lo que viví entonces está dentro de las cosas más lindas que me han tocado vivir en mi profesión, ahí queda en los recuerdos y está grabado a fuego", indica de primeras Brindisi desde su querida Argentina con voz un tanto entrecortada por cuanto debe estar repasando en su memoria de esos días al tiempo que conversa con este rotativo.

De a poco, el fino y excelente excentrocampista internacional con la selección albiceleste, comienza a desgranar sus recuerdos de aquella especial ocasión en su vida, y no hace un solo alto en su exposición, casi siquiera para tomar un respiro.

Y prosigue: "Todo comenzó con la clasificación allá en Gijón, que nos daba el pase a la final. Bueno, antes estuvieron las eliminatorias con Cádiz y Atlético de Madrid. Hicimos un gran partido en El Molinón y de regreso a la Isla, volvíamos plenos. Pasamos por Madrid y allá José María García, el petiso García, hizo en directo desde nuestro hotel todas las comunicaciones y nos hacían hablar acerca de cómo estaba la euforia de toda la gente en Gran Canaria y en Canarias. Si hubiese sido por nuestro gusto, hubiésemos regresado esa noche mismo, pero volvimos al día siguiente. Sabíamos y percibíamos de la felicidad de la gente, y ten por seguro que fue una de las bienvenidas más cálidas que he sentido por obtener un logro. La verdad que fue algo del todo increíble".

Brindisi se alarga evocando lo ocurrido tras la eliminación del Sporting, como preámbulo de lo que fue la siguiente semana y la disputa de la final. "Ese recibimiento de la gente por haber clasificado a esa final, ese día en el aeropuerto, no me cabe ninguna duda que hizo mucho más grande nuestro rendimiento después, lo que se trabajó para poder llegar a ese partido de final a plenitud, íntegros. Sabíamos lo difícil que era, y lo que era ese equipo con Johan Cruyff, que era el diferente, pero nos comprometía mucho más el calor y el amor con el que la gente nos recibió".

"Recuerdo también", prosigue, "que entrenábamos como nunca, nos preparábamos como nunca y nos hacíamos eco de lo que eran los chárters de la gente que nos iba a estar acompañando, lo que fue ese traslado y la euforia de la gente que había en el aeropuerto cuando fuimos para Madrid, y eso que antes debíamos jugar en Salamanca. El estar allá y saber que empezaban a llegar los primeros contingentes canarios. La gente que, bueno, en los entrenamientos o cuando íbamos en la guagua para entrenar nos alentaba y decían presentes. Fueron por miles, ya hasta recuerdo que fue un grupo que llamaban Los Gofiones. Y me acuerdo también que, más allá de todo, el madrileño quería que ganáramos nosotros".

Ya en referencia al partido en concreto, Miguel Ángel Brindisi señala que: "Creo que hicimos una digna final. En los momentos clave, ellos nos golpearon. Ya sea en el gol de entrada, muy en frío, cobrando el colegiado un penal que no lo fue. O ya sea como después, que nos pusimos en el marcador 2-1, y enseguida vino ese tercer gol de Rexach, ese gol de tiro libre que medio anestesió el partido".

Entonces, Brindisi reflexiona señalando que: "Pero si hubo algo es eso de que siempre hay consigna de vida, que uno dice: podés perder, pero tenés que perder de pie. Entregándolo todo. Así que recuerdo que en esa final, la verdad, más allá de no haber sido campeones, fuimos campeones en el reconocimiento de la gente por cómo dignificamos la camiseta. Por cómo fue esa caída, que fue verdaderamente que no teníamos una gota más de sudor ninguno. Nadie se guardó nada. Caímos con todo el orgullo, pero de pie. Defendiendo la insignia de la UD".

"Eso es lo que recuerdo, no solamente para esta vida, sino que me lo llevaré conmigo. Es de las cosas más importantes y más emotivas que tengo en mi corazón de lo vivido y de haber podido ponerme la camiseta de la UD Las Palmas y, en especial, de ser uno de los que se la puso para defenderla en una final de la Copa del Rey. Fue un gran orgullo para mi", concluye Miguel Ángel Brindisi desde Buenos Aires.

Brindisi fue uno de los grandes jugadores argentinos que militaron en las filas de la UD Las Palmas, y fue el autor del gol (3-1) que anotaron los amarillos en esa final frente al conjunto blaugrana que capitaneaba el astro holandés Johan Cruyff -fue la última temporada del orange en el Barcelona-. Un gol, el de Brindisi, del que todos sus compañeros en la UD Las Palmas elogian su consecución y que él, en su humildad, que siempre le ha caracterizado, siquiera menciona de pasada durante la conversación.

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