Del desastre a la 'operación ascenso 2019'. En busca de un nuevo 21-J. Tras sucumbir ante el Real Betis de Quique Setién, en el 93', en la disputa de la 33ª jornada, en el Villamarín (1-0), la entidad amarilla asume la debacle. El cruento final de la mejor plantilla de la historia. El elevado coste de la improvisación certifica, de forma virtual, el regreso al infierno de plata. Comienza el trabajo de reconstrucción para recuperar la plaza en el Olimpo del balón.

"Al término del campeonato liguero [la última jornada es el próximo 22 de mayo ante el Girona del zaguero sureño Juanpe en el Gran Canaria] anunciaremos las principales medidas. Habrá información y novedades. Pero hay que esperar al final del campeonato; ya se trabaja en la próxima campaña", detalla la principal voz de rango en la zona noble amarilla. Se inicia la búsqueda del nuevo responsable técnico y la configuración del nuevo plantel.

Mañana, desde las 17.30 horas, y televisado por beIN LaLiga en el partenón de Siete Palmas, la UD de Paco Jémez recibe al Deportivo Alavés de Abelardo. El empate o la derrota del combinado isleño supondría el regreso a Segunda, tres temporadas después. En caso de victoria, la UD debería esperar al lunes. El Levante -con 34 puntos, 14 unidades más que los amarillos- visita la Catedral y si logra puntuar ante el Athletic Club de Bilbao sellaría la fatalidad. Ya sería incontestable.

El drama es imperial para la etiquetada como mejor plantilla de la UD de toda su historia -es la más cara, solo hay que mirar las cifras de 75 millones de presupuesto y un coste de más de 30 'kilos' para el vestuario de Jémez-. Restarían cuatro partidos ante el Espanyol en Cornellá, que ha destituido a Sánchez Flores, Getafe en el Gran Canaria, Eibar en Ipurúa y la citada visita del Girona. Batallas para el decoro. Nada más.

De forma paralela a la revolución en el vestuario, se traza como principal objetivo la recuperación del cariño del abonado. La asistencia ante la Real Sociedad, en el último puso liguero en el Gran Canaria, alcanzó los 10.531 fieles. Mañana, ante el cuadro vitoriano, se puede lograr el mínimo histórico en este curso de agonía. Es el lamento eterno.

El fracaso de la estructura

Tras la negativa de Quique Setién a la ampliación de contrato con la UD -18 de marzo de 2017-, la entidad amarilla contó con tres meses para dar con el elegido. El enemigo fue el tiempo. El viaje de De Zerbi a Manolo Márquez resultó dantesco. El preparador barcelonés renunció a la sexta jornada y dejó vía libre para el aterrizaje de Pako 'Kalamidad'.

La contratación del entrenador vasco, cero victorias en siete jornadas de Liga en un tramo crucial -del 1 de octubre al 26 de noviembre-, fue una losa insalvable. Y Jémez, devorado por el drama, no fue el revulsivo al sumar dos victorias en 16 jornadas. Ya van once sin ganar.

Jémez, que logró una mejoría en el aspecto defensivo, al inicio de la segunda vuelta, no se ha pronunciado sobre su continuidad. Guarda silencio y cuenta con el reconocimiento de la comisión deportiva. Pero se está en proceso de búsqueda de un relevo que emule la conquista de Paco Herrera el 21-J de 2015.

Tras las ventas de Roque Mesa y Jonathan Viera -que dejaron 30,5 kilos en las arcas-, la UD disfruta de una situación económica boyante. "Ya no hay riesgo de desaparición tras un descenso; tenemos herramientas para regresar a la élite", aseguran en la zona noble amarilla.

A la espera de la guillotina, la UD se reactiva. Con los mismos rectores deportivos que no han estado a la altura en un curso maldito, los despachos vuelven a latir. Del disparate a la eficiencia de plata. Operación ascenso 2019 con la política de cantera como estandarte de acero. Mientras la afición reclama cabezas, se sientan las bases de la nueva era. Es el fin del ciclo Emenike.