La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El análisis del rival (34ª jornada)

Abelardo y su método sin látigo

El técnico llegó a Vitoria como segunda opción después de que Jémez pidiera tiempo para aceptar la oferta y estar con su familia

Ibai Gómez se abraza con Abelardo Fernández en su debut en Montilivi como técnico del Deportivo Alavés. DEPORTIVO ALAVÉS

Cuando el Deportivo Alavés se cargó a su segundo técnico de la temporada, el italiano Gianni De Biasi, en Mendizorroza miraron a México. El veterano entrenador transalpino ya era la segunda bala que había gastado el equipo vitoriano para la banda tras despedir al comienzo de la temporada al argentino Luis Zubeldia. A la tercera, no podían fallar.

Sergio Fernández, director deportivo del club vasco, tenía su nombre: Paco Jémez, que ya había finalizado su etapa con el Cruz Azul. El Alavés iba a ponerlo todo para firmar al técnico andaluz. Y con la negociación abierta llegó su respuesta: necesitaba tiempo, volver a casa tras su etapa en el país azteca y pasar unos días en familia para valorar la oferta.

Cuando eso llegó a oídos de Josean Querejeta, líder del conglomerado que posee al Deportivo Alavés y al Baskonia, los dos grandes clubes deportivos de Vitoria, pidió que pasara el siguiente en la lista de Fernández. En esas, Las Palmas se metió en el lío de Jorge Almirón, ya con Pako Ayestarán destituido. La dirección deportiva vitoriana le dio el equipo a Abelardo Fernández y el milagro del Alavés empezó a coger forma. En Gran Canaria, la llegada de Almirón se complicó y la petición de Paco Jémez sí fue aceptada tras el revés de la UEFA y la Real Federación Española para tramitar la licencia del técnico argentino. Se esperaría por Jémez.

La jugada le salió a la perfección al Deportivo Alavés. El efecto Abelardo llegó de inmediato. El punto de inflexión del equipo fue justo en el primer partido del técnico astuariano en la banda. Perdía en Girona por 2-0 hasta el minuto 71, en la jornada número 14 del campeonato liguero, donde se plantaron como últimos clasificados con solo seis puntos. Pero llegó Ibai Gómez con un hat-trick para revolcar el marcador, poner el 2-3 y hacer creer al Alavés en sus posibilidades como equipo.

Los primeros seis partidos de Abelardo Fernández se saldaron con cuatro victorias y dos derrotas. En total, 12 puntos que le permitieron salir del pozo en la última jornada de la primera vuelta (1-0 al Sevilla) para no volver a pisar los puestos de descenso nunca más. El Deportivo Alavés, con el paso de las jornadas, más se escapaba de la pelea por la salvación para ver pasar LaLiga sin apuros.

Ni siquiera le hizo falta grandes fichajes en el mercado invernal. Solo John Guidetti, delantero sueco cedido por el Celta de Vigo, fue su único gran fichaje y ni siquiera ha sido trascendental del todo para esta salvación de los vitorianos -el punta escandinavo solo ha marcado dos tantos-.

El gran trabajo de Abelardo Fernández, según cuentan desde Vitoria, ha sido convencer a los futbolistas de su potencia. Un trabajo mental sin la necesidad de látigo ni instrucción militar, algo que Paco Jémez quiso hacer en la UD Las Palmas. Ni limpias ni toques de corneta. La autoestima del Alavés comenzó a subir y con ella el nivel que mostraron sus jugadores, los mismos que tuvo Zubeldia y Di Biassi.

El Alavés se desbloqueó. El mejor reflejo de lo trascendental que ha sido Abelardo para cambiar el estado mental de sus jugadores y hacerles creer en sus cualidades es Tomás Pina. El centrocampista de Ciudad Real estaba fuera de órbita tanto para Zubeldia como para De Biassi. Abelardo lo recuperó para la causa y desde entonces ha sido fijo para él. En los pies del exfutbolista del Villarreal se sostiene gran parte del juego del equipo de Vitoria-Gazteiz.

En Víctor Laguardia, que volvía tras lesión, encontró su hombre fuerte para la zaga. Colocó un jugador clave por línea y en el eje de la zaga el examarillo ha sido un bastión básico para Abelardo.

Sin un goleador específico, delante hizo lo propio con Burgui y Munir El Haddadi: recuperarlos para la causa. La pareja ha funcionado bien y en ellos ha depositado la fe de su ataque Abelardo. Sin altranerías, sin verborrea. Su única premisa la exigencia en cada entrenamiento y la convicción a través de la palabra y los resultados. Una combinación que ha hecho del Deportivo Alavés un equipo de Primera para el curso que viene.

Compartir el artículo

stats