A la UD Las Palmas le quedan cuatro jornadas por delante con ningún aliciente en juego. Solo defender la camiseta y evitar el acabar como colista de la clasificación se atisban como motivaciones después de certificar el descenso a cuatro jornadas para el final de la temporada.

Y de los cuatro rivales que tiene por delante solo Getafe y Girona se están jugando algún objetivo. Los partidos más tristes serán el de este fin de semana en el campo del Espanyol (el sábado a las 12.00 horas) y la visita al Eibar de la penúltima jornada. Los dos conjuntos se encuentran en la zona media, ya salvados y sin posibilidades de acabar en puestos europeos. Los armeros están a cinco puntos, aunque el Sevilla tiene un partido menos después de jugar la final de Copa del Rey el sábado.

Mientras, los dos partidos que restan en el Estadio de Gran Canaria, en los que la afluencia de público previsiblemente serán las peores de la temporada, serán frente a Getafe (jornada 36) y Girona (última). El cuadro madrileño es el principal perseguidor del Sevilla por la séptima plaza. Mientras, los catalanes han sufrido un duro revés tras perder este fin de semana frente al Espanyol y es probable que en la última jornada tampoco tengan el aliciente de acabar la temporada en puestos europeos. Todo ello en una Liga que ya tiene la mayoría de sus principales focos de atención decididos. Uno de los pocos que quedaba, el de la batalla entre Levante y Deportivo, quedó ayer casi saldado con el triunfo granota en San Mamés.

Así, con doce puntos todavía en juego el equipo de Paco Jémez se encuentra a solo uno de ser colista tras la victoria del Málaga de este fin de semana. El cuadro insular se encuentra en una dinámica desastrosa ya que no gana desde el 5 de febrero, precisamente ante el conjunto andaluz. Son un total de doce jornadas sin lograr una victoria. El balance es de cuatro empates y ocho derrotas, una catástrofe que ha provocado un descenso mucho más temprano del que se esperaba cuando llegó Jémez.