En decoración impera la mezcla. Hoy en día resulta difícil definir un estilo concreto porque lo que se lleva es la conjunción de muchos que van desde el "vintage" al minimalismo. Lo que sí está claro es que para tener una casa a la moda es necesario emplear algún objeto antiguo, al menos con veinte o treinta años de historia a sus espaldas.

La auténtica habilidad consiste en poner objetos con solera junto a otros más vanguardistas, incluso procedentes de tiendas de bajo coste. Una de las posibilidades es empapelar las paredes de tu casa con estampados de los años setenta. También quedan muy bien los muebles de estilo modernista y todas las piezas que proceden de los cincuenta, sesenta y setenta.

Las grandes lámparas de araña o los sofás chester retapizados en telas vanguardistas van a la perfección con mesas de metacrilato o vidrio, que aligeran los ambientes. Tejidos baratos y resistentes como la pana, las alfombras con estampados y los objetos de porcelana son otras de las tendencias de las que se puede echar mano para darle una vuelta a la casa.

Lo cierto es que no es momento para gastarse una fortuna en redecorar las estancias del hogar. Por eso también cada vez cobran más auge las tiendas de objetos de segunda mano y los mercadillos en los que se pueden encontrar auténticos chollos. Entre ellos destacan el Rastro de Madrid y fuera de España el clásico de Portobello, en Londres.

Los bolsillos más provistos siempre tienen la opción de acudir a una buena tienda de antigüedades en la que comprar una pieza en caoba o cerezo, que nunca se pasa de moda. El blanco sigue siendo el eterno tono, con el que siempre se acierta, para las paredes y pavimentos.