Los expertos recomiendan dormir 8 horas diarias, aunque esto no siempre es posible. En demasiadas ocasiones nos acostamos tarde y nos levantamos temprano, por lo que no nos da tiempo a descansar correctamente. Si a esto le sumamos que durante la noche nos despertamos a menudo, la calidad de sueño desciende considerablemente.

Son muchos los españoles que tienen problemas para dormir o que no consiguen tener un sueño de calidad, algo que afecta al desarrollo de nuestro día a día. De hecho, según una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre hábitos y costumbres del sueño de los españoles, que fue publicada el pasado noviembre, el 71% tiene una mala calidad del sueño.

Por ello, todo lo que podamos hacer para contribuir a mejor la calidad de nuestro sueño será beneficioso para nuestra salud física y mental. En este sentido, una de las causas más frecuentes de los trastornos en el sueño es la decoración del dormitorio, algo que podemos corregir muy fácilmente.

A continuación te dejamos algunos consejos decorativos que te ayudarán a mejorar tu sueño:

La cama

Quizá este sea uno de los aspectos que más debemos cuidar. Según varios estudios pasamos más de 20 años durmiendo a lo largo de nuestra vida por lo que encontrar un colchón y somier que se adapte a nuestro cuerpo es vital. Se deben tener en cuenta el peso, la estatura o si duermes solo o acompañado. Dormir en una cama cómoda mejorará tu salud.

La ropa de la cama

Almohadas, sábanas, edredones€ hay que saber escogerlos según nuestras necesidades. Ver una cama llena de almohadas nos aporta a una sensación confortable pero no tiene por qué ser necesariamente así.

Con una almohada, siempre que sea cómoda y que se adapte a nuestra postura de sueño, es suficiente. A la hora de comprarla no tenemos que buscar que sea lo más blanda posible, ya que esto podría causarnos algunos problemas en el cuello. Si tienes dudas sobre qué tipo te conviene más, es preferible consultarlo con tu médico.

Las sábanas deben tener un tacto agradable y gustoso. Y el edredón, por su parte, debe adaptarse a nuestra temperatura corporal. Las personas calurosas pueden utilizar una o dos mantas finas; para las más frioleras el edredón nórdico siempre es una buena opción.

Los colores y la luz

A la hora de decorar una estancia buscamos que el color de las paredes combine con el de los muebles. Sin embargo, cuando hablamos de un dormitorio hay que tener otra variable más en cuenta: el descanso. Los colores vivos como el rojo, amarillo o naranja no invitan a ello, más bien a todo lo contrario, a la creatividad y excitación.

Si queremos conseguir un dormitorio que fomente el relax, píntalo de colores pastel o suaves como el verde o azul.

La iluminación también es importante. Por ello, es preferible usar una bombilla que de una luz cálida y anaranjada que una luz más fría.

Sobrecargar la habitación

Buscamos combinar los muebles para lograr un aspecto perfecto. Sin embargo, en ocasiones recargamos demasiado el dormitorio con sillas, mesitas, cuadros€ Esto, que en un principio puede ser una gran idea, acaba generando una situación de agobio. Decántate por un estilo más minimalista y funcional.

En cuanto a los aparatos tecnológicos procura tener los menos posibles en el interior de la estación en la que descansas.

El desorden

Orden es sinónimo de armonía. Si la habitación tiene todo por el medio, la ropa fuera de los armarios, los libros revueltos€ el malestar y la intranquilidad serán palpables. Organiza el dormitorio para lograr una sensación de relajación.