Al parecer las toallas que usas para secarte después de la ducha o tras lavarte las manos no son tan limpias, puesto que su uso continuo y estado húmedo provoca el crecimiento de bacterias de manera rápida. Al usarlas se transfieren las bacterias naturales de la piel además de otros gérmenes que se llevan superficialmente.

Esas confortables, esponjosas y suaves telas al ser absorbentes son el lugar perfecto para el cultivo de las bacterias. Según el sitio Time, un estudio encontró que casi el 90% de las toallas de baño están contaminadas con bacterias coliformes y un 14% lleva consigo E. coli. Si a esto se aumenta la cantidad de gente que se lava las manos de forma incorrecta, al secarse las manos trasladan esa suciedad al paño que debería estar libre de gérmenes.

Es poco probable que tocar una toalla por sí sola te provoque enfermedades, pero los riesgos están en si tienes una herida o tienes la piel extremadamente seca, pues favorecerá la entrada de las bacterias al sistema. Aunque se recomienda lavar cualquier toalla de aseo después de dos días de uso, especialmente aquellas que usan los niños, otros se preguntan si realmente esto es necesario, pues también al ser en extremo asépticos se promueve una mayor fragilidad del sistema inmune ante las bacterias que se encuentran en todos lados.

Asimismo, hay otros que optan por no hacerlo, tanto por la cantidad de agua que consumiría, como por el número de toallas que deberían tenerse por hogar y el gasto económico que esto generaría.

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