Pocas cosas hay tan vinculadas al flamenco como un tablao. Quizás por eso un cantaor de la pureza de Arcángel (Huelva, 1977) era el más indicado para reivindicarlo. Lo hizo con Tablao, un disco grabado y concebido en tres plazas míticas: El Corral de la Morería (Madrid), el Tablao del Cordobés (Barcelona) y El Arenal (Sevilla); y lo ha seguido haciendo con una gira que le ha llevado por espacios muy particulares con aforos limitadísimos y que culminará el 3 y el 6 de julio, en Granada, y el 30 en el Teatro Real de Madrid. Guitarras, palmas, jaleos, baile y una voz incontestable. Austeridad, verdad y, sobre todo, reclamar la cercanía de un espacio íntimo, sin amplificaciones ni filtros.