Cuando la periodista estadounidense Esther Honig pidió a expertos en Photoshop de diferentes partes del mundo que retocaran una foto suya para optimizar su belleza, nunca pensó que el resultado se convertiría en un viral en todo el mundo. Esther se hizo una foto con la cara lavada. Sin maquillaje, filtros, iluminación o producción cuidada. Sólo su rostro desnudo y el pelo recogido. A continuación, a través de una web de expertos en artes visuales, envió su retrato a editores de fotografía de distintos continentes. Desde Sri Lanka a Grecia pasando por Japón o EE UU. A todos les llegó el mismo mensaje: "Hazme guapa". Cuando llegaron las imágenes con el retoque final comenzó la sorpresa. "Dependiendo del lugar me cambiaron el color de la piel. Por ejemplo, me la aclararon en Bangladesh o me pusieron mejillas sonrosadas en Australia...