El actor estadounidense Tom Hanks, a quien ayer premió la Fiesta del Cine de Roma por su trayectoria artística, dijo en una conferencia en la capital italiana que "la mejor vara para medir el éxito de un actor es la longevidad" tanto física como artística. Hanks estrena hoy "Inferno", la tercera película basada en las novelas de Dan Brown.

"Puedo decir que, al revisar mi carrera, me siento el actor más afortunado del mundo. La mejor vara para medir el éxito de un actor es la longevidad física y artística", destacó Hanks para después confesar que no suele reflexionar sobre sus películas pasadas. El actor aseguró que "siempre existe el riesgo de ser vinculado con un personaje hasta el punto de no poder representar otro" en el futuro.

No obstante, aseguró reconocer "instintivamente" los personajes que le interesan y afirmó que nunca se ha arrepentido de rechazar un papel. "Es más difícil decir 'no' que 'sí'. Decir que sí es muy fácil porque te pagan bien, quizá puedes besar a una bella mujer, te cortan el pelo y puedes rodar en Dubái o Roma", explicó.

Pero aseguró que "es preciso estar atentos porque algunas veces, sobre todo en ciertos filmes, hay aspectos que no interesan y que no requieren una pasión absoluta y, si ésta falta, hay que decir que no". Hanks compagina la interpretación con la producción, si bien confesó que prefiere ejercer como actor.

"El actor no debe explicar nunca nada a nadie, únicamente debe comprender lo que debe hacer y hacerlo. Es protegido, hace lo que quiere, no tiene responsabilidades. El productor debe llamar por teléfono, rogar a gente, seguir todo y a todos", señaló.

En este sentido destacó "Náufrago", que produjo además de protagonizar y sobre el que empezó a trabajar siete años antes de su estreno, en el año 2000.

Rodar con Eastwood

Hanks manifestó su aprecio hacia Clint Eastwood, a cuyas órdenes se ha puesto para rodar "Sully" (2016) y a quien calificó de "leyenda". "Eastwood ha hecho algunas de las películas más sofisticadas jamás vistas", dijo. El actor recordó entre risas el método de rodaje de Eastwood, "sin pruebas y sin discusiones sobre el personaje".

"No quiere desaprovechar el tiempo. Te hace grabar y si no funciona rehace la escena. Su dirección es así. Es necesario estar siempre preparados. Eastwood no dice 'acción'. No hay gritos, sólo pocas pero buenas palabras", dijo imitando el acento del oscarizado cineasta.

También hubo tiempo para la política. Hanks tildó de "festival de mierda" las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos y aseguró que hasta ahora no se había postulado un candidato con tantas "ideas absurdas", en alusión al republicano Donald Trump.

Hanks afirmó que "cada cuatro años nos hallamos en un país en la encrucijada donde hay ansia y temor por el futuro", pero subrayó que nunca como en esta ocasión se ha presentado a los comicios un candidato "tan lleno de ideas absurdas". Hanks comentó que la prensa italiana suele preguntarle por las causas de la irrupción de Trump. "¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?, me preguntan los italianos y yo siempre respondo ¿Y por qué estuvo (el ex primer ministro Silvio) Berlusconi? Por lo mismo". Para el actor, "no hay duda de que el mundo se encuentra hoy en una fase delicada y ante un futuro incierto... Hay gente que conserva su posición social a base de fomentar la ignorancia. Sabemos que en la historia, cuando ha prevalecido la ignorancia, han ocurrido acontecimientos desagradables".

La compañera de reparto de Hanks en "Inferno", Felicity Jones, dijo ayer que "lo más difícil fue estar corriendo todo el tiempo", aunque también afirma que le costó la "complejidad" de este personaje.