Ganadora del Goya por 'Lucía y el sexo', de Julio Medem, y popular gracias a series como 'Siete vidas' y filmes como 'Carmen', 'Spirit' o 'Spanglish', estos últimos realizados bajo palio de Hollywood, la actriz Paz Vega (Sevilla, 1976) hace un alto en su andadura internacional con la teleserie 'Perdóname, señor', donde encarna a una monja que se enfrenta a los narcotraficantes que han destruido a su familia.

¿Cómo ha sido esta vuelta a casa profesional?

Con un personaje que me ha removido las entrañas, pero el cine norteamericano, como el europeo o el de los países latinos, sigue ahí. Mi carrera tiene varios focos.

¿Cómo se vio con el hábito?

Conecté, sin sentirme disfrazada. Ha sido una segunda piel y un refugio.

Pistolas junto a crucifijos...

Ambos elementos tienen mucho poder. En las manos inadecuadas, pueden hacer mucho daño.

Dicen que no hay buena acción sin castigo, ¿le parece que es así?

Lo decía Billy Wilder para ironizar sobre el buen hacer. Creo que quien hace las cosas bien triunfa o por lo menos duerme tranquilo. Pero los atajos no son buenos.

Perdóname, señor es un título muy llamativo. ¿Qué no perdonaría nunca?

El racismo, la violencia, el abuso de poder, la envidia, la pereza. Me enfada la falta de conciencia para con nuestro planeta. Es imperdonable dejar a los que vienen detrás un mundo podrido.

¿Con qué pecadillos es más indulgente?

Con la mentira. A veces es hasta necesaria.

Y si se enfada, ¿qué hay que hacer?

Dejarme sola. Tengo mucho temperamento y paso de cero a cien en un segundo. Luego recapacito y la tormenta pasa.

¿Qué le devuelve la sonrisa?

Un abrazo de mis hijos.

¿Prefiere hacer reír o hacer llorar?

Lo que realmente quiero es llegar al corazón del espectador, ya sea a través del humor o del drama. Lo importante es hacerlo cómplice de tu viaje, que participe contigo riendo o llorando.

¿Qué está leyendo?

Una novela apasionante del escritor Jorge Fernández Díaz: El puñal. Va sobre una trama de corrupción en los servicios secretos argentinos y me tiene enganchadísima.

¿Qué música lleva consigo?

Un poco de todo, desde Chavela Vargas, pasando por Frank Sinatra hasta Red Hot Chili Peppers.

¿Es de buen comer?

Normal, soy más de salado que de dulces y detesto la comida basura.

¿Cómo sería su velada perfecta?

Da igual cómo y dónde, lo que importa es la buena compañía.

¿Un lugar que desea visitar?

Japón y Kenia son dos países que tengo pendientes.

¿Un lugar al que no volvería jamás?

Todo lo contrario, siempre me quedo con ganas de conocer más cuando viajo a otros países. Y como a veces me paso todo el tiempo trabajando, me digo: "Tengo que volver en vacaciones".

¿Qué tres cosas o personas no soporta perder de vista?

A mi gente; a mi marido y mis hijos. No me gusta perder de vista a mi Orson, a mi Ava y a mi Lenon.