La forma de comunicarse de los perros es, sin duda, diferente a la de los humanos. Estos pueden morder, entre otras causas, al sentirse amenazados, agredidos o por dominancia. Una buena educación puede prevenir esa predisposición. Sin embargo, eso no garantiza que el perro nunca vaya a atacar ya que existen diversas razones que le motivan a ello.

Ante un perro que quiere mordernos hay que actuar con calma. Nunca hay que gritar pues eso alterara más al animal. Procura alejarte del estimulo que le pone nervioso mientras te separas de el. A continuación puedes esparcir galletas o golosinas por el suelo para desviar su atención a la vez que logras calmarlo.

Si a pesar de tus intentos por tranquilizarlo el perro consigue morderte, presta atención a los consejos que debes seguir. Dependiendo del tamaño y la fuerza del can la herida causada por la mordida puede ser más o menos grave, pero siempre hay que desinfectarla.

En primer lugar, lava la herida con agua y jabón para eliminar la suciedad que puede haber en la superficie proveniente de la boca del animal. Si la herida es muy grande y profunda, tras limpiarla cúbrela con una gasa estéril para detener el sangrado. Es importante no presionar demasiado ya que a pesar de limpiarla pueden quedar gérmenes y si no hay oxígeno las bacterias aumentan.

A continuación, dirígete al centro de salud más cercano para que el médico te la trate y te proporcione la vacuna antirrábica.