Símbolo femenino por excelencia, los zapatos de tacón son auténticas piezas de culto que atraen por igual a hombres y mujeres de todo el mundo.

No es por casualidad que cuando escuchamos las palabras zapatos de mujer la primera imagen que nos viene a la mente es la de unos zapatos de tacón fino y elevado. La atracción que este tipo de calzado ejerce sobre hombres y mujeres es innegable y los motivos de lo más variados.

Por un lado, las mujeres lo consideran todo un símbolo de feminidad y conocen a la perfección las dotes seductoras de unas piernas estilizadas, de unos pies curvados, más aún si los zapatos son de punta fina. En los hombres, está completamente demostrado que aumenta el interés erótico por la mujer que los lleva y, muchos de ellos, los adoran hasta llegar al fetichismo, incluyéndolos como parte fundamental en las prácticas sexuales.

Así, es habitual encontrar zapatos de tacón como protagonistas imprescindibles de numerosas películas de cine, no solamente las del género erótico o pornográfico, series de televisión -Sexo en Nueva York quizá sea el principal exponente- y por supuesto verlos en los pies de las mujeres más deseadas del mundo.

Grandes diseñadores de todo el mundo han contribuido con sus creaciones a que la leyenda, el mito de los zapatos de tacón siga alimentándose, con auténticas joyas, piezas únicas o exclusivas a la altura de cualquier obra de arte, que incluso han sido expuestas en museos para regocijo de quienes ven en estos zapatos mucho más que un objeto sobre el que caminar.

En España -país de origen del gran genio Manolo Blahnik-, la diseñadora Patricia Rosales y la marca de moda Pura López son algunos de los más firmes representantes y defensores del zapato de tacón.