Kim Kardashian se ha tomando muy en serio la dieta para perder el peso que ganó durante el embarazo de Saint West y se ha propuesto perder 10 kilos. La mujer de Kanye West fue vista en la discoteca Hakkasan (Las Vegas), donde no tomó una gota de alcohol, una de las medidas drásticas que se ha impuesto para cumplir con su régimen. "He ganado mucho peso y tengo mucho que perder", dijo a los medios, añadiendo que está empezando a sentirse bien con su figura.

"Definitivamente me siento bien en un lugar donde estoy cómodo de nuevo y las cosas empiezan a encajar. Esta vez creo que esta vez la pérdida de peso ha sido más rápida porque he aprendido a comer mejor. Esta vez estoy comiendo de manera diferente", añadió la celebridad de 35 años.

Kim, que ha empezado a entrenar, confesó estar haciendo la dieta Atkins, que apuesta por la ingesta de gran cantidad de proteínas, evitando los azúcares y los carbohidratos. "Creo que mezclar las dos realmente me ayudará a perder los últimos 10 kilos", añadió.

La hija de Kris Jenner comentó que había volado a Las Vegas para acudir a la fiesta después de leer un cuento y dejar a sus hijos dormidos. Además, tenía previsto regresar a Los Ángeles antes de que despertaran.